Las espinacas son una de las hortalizas más saludables, con más nutrientes y más beneficiosas para el organismo. Por ello vamos a destacar estas 3 deliciosas recetas con espinacas que querrás hacer día sí, día también.
Las espinacas son unas hortalizas que se caracterizan por tener un único tallo central carnoso del que brotan las hojas enormes y color verde intenso. Aunque son de la misma familia, hay diferencias entre los tipos de espinacas, sobre todo en tamaño y textura.
En cuanto a composición, la mayor parte de la espinaca está compuesta de agua, aportando unas 23 calorías por cada 100 gramos de producto, y es pobre en proteínas, grasas y carbohidratos. Sin embargo, donde reside su riqueza es en sus aportes vitamínicos y minerales, que alcanzan un 59% de la dosis diaria.
Es una gran fuente de vitamina C, necesaria para reducir la hipertensión y mejorar nuestra piel, y de ciertos minerales como el magnesio, que ayuda a mantener la musculatura y a reducir el cansancio y la fatiga, o el manganeso, que favorece la producción de tejidos cartilaginosos.
Las espinacas se pueden consumir tanto crudas como cocinadas, siendo la ensalada la forma más habitual de consumirlas crudas. Además del típico potaje o los garbanzos con espinacas, hay infinidad de posibilidades a la hora de cocinar estas hojas y que queden deliciosas. Vamos a destacar estas tres:
Esta receta es ideal para preparar una cena saludable y ligera. Tan solo necesitaremos puerros, zanahoria, espinacas, patata y huevo cocido. Para empezar, salteamos un poco el puerro y la zanahoria e incorporamos las espinacas frescas y la patata ya cortada en daditos.
Una vez estén las espinacas reducidas, se añade agua, o bien caldo procesado, hasta cubrir todos los ingredientes. Dejamos cocer unos 20-30 minutos, el tiempo necesario para que las patatas estén bien cocidas, y procedemos a triturar.
Para darle el toque especial (y riquísimo) a esta crema de verdura es cocer un par de huevos en una olla aparte y añadirlos al emplatar la sopa. ¡Espectacular!
Para esta receta, ideal para salir del apuro en cualquier comida y preparar un plato fácil, rápido y delicioso, solo necesitaremos huevos, espinacas y queso a tu elección. Para empezar, sofreímos las espinacas con unas gotitas de aceite de oliva virgen extra en una sartén y añadimos el queso escogido para que vaya deshaciéndose con las espinacas. Personalmente, el queso azul le da un sabor espectacular, ¡tanto que no le hacen falta más especias! Además, no tengas miedo de echar mucha cantidad de espinacas, porque abultan mucho pero una vez reducidas se quedan en nada.
Cuando llegue este momento, añade los huevos batidos y previamente salpimentados al gusto, y aquí tienes dos opciones: o empiezas a revolver o bien dejas que se haga bien por debajo y la vas moviendo por la sartén con el objetivo de que quede una bonita forma de tortilla.
Por último, pero no por ello menos importante, la forma más rica y disimulada de comer espinacas es hacer unas deliciosas crepes o tortitas. No es la forma más sana de consumirlas, pero hasta los más pequeños de la casa quedarán encantados.
Para elaborarlas necesitaremos: harina (si es integral o de garbanzo, mejor), huevos, leche y sal al gusto. Empezaremos mezclando medio vaso de leche con 3 huevos y las espinacas al gusto (recuerda que al reducirse se quedan en menos de la mitad de tamaño) y batimos hasta conseguir una masa homogénea. A continuación, añadimos medio vaso de la harina escogida, sal al gusto, y volvemos a batir.
Una vez tengamos la mezcla homogénea, dejamos reposar unos 15-20 minutos. Pasado este tiempo, procedemos igual que si fuéramos a hacer tortitas normales: calentamos una sartén con unas gotas de aceite de oliva virgen extra bien extendido y vertemos poco a poco la masa de manera que quede una capa fina. A fuego bajo, cuando le empiecen a salir burbujitas en la masa, procedemos a darle la vuelta con mucho cuidado para dejar que se haga otro minutito, y listo. Repetimos el proceso hasta que se acabe la masa.
Es una receta maravillosa para completarla con un delicioso relleno de proteínas e incluso más verduras. Le suele quedar muy bien un buen salmón ahumado con Philadelphia, o una bechamel de setas. ¡Espectacular!
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