¿Vas buscando ahorrar en la compra de comida ecológica? Bien, que sepas es posible hacerlo aunque la mayoría productos ecológicos tengan un precio superior a los productos «normales». Para explicar esta diferencia se alude al mayor esfuerzo productivo, tanto a nivel de trabajo como de costes, ya que entre otras cosas la agricultura ecológica obliga a prescindir de químicos o pesticidas, o de piensos artificiales y antibióticos en el caso de animales, lo que obliga al productor a recurrir a materias primas naturales cuyo coste extra repercute en el precio final del producto . En cualquier caso, el papel del consumidor debe ser el de informarse bien para ahorrar un dinero al comprar.
La sección de comida ecológica de la mayoría de supermercados ha pasado de ser una zona desierta y desconocida a un punto con cada vez más afluencia. Pero, ¿es siempre el mejor sitio para comprar eco? No. Los precios tienden a dispararse con un sobrecoste que no entiende de factores como si los productos son o no de temporada.
Esta premisa se suele cumplir sobre todo en el caso de las frutas y verduras aunque también es cierto que ciertos artículos, como por ejemplo productos ecológicos del hogar como rollos de papel eco sí pueden salir más baratos en una gran superficie.
La comida ecológica, al ser natural, pierde los «super-poderes» adquiridos al ser tratada con químicos y otros componentes. Por eso tienden a echarse a perder un antes (o lo que es lo mismo, en el periodo que le corresponde por naturaleza) si no los conservamos adecuadamente. Para ello el congelador es un fiel aliado, ya que nos ayudará a mantener en buen estado todos aquellos productos que no nos vamos a comer a corto plazo.
Al hilo del punto anterior, hay que destacar una obviedad que muchas veces se nos olvida: gestionar nuestra despensa de forma inteligente. Podemos recurrir a usar el congelador para usar lo que no vayamos a consumir, pero excederse a la hora de hacer la compra con un montón de cosas pueden ser perjudicial para nuestro bolsillo, sobre todo si aún tenemos cosas en casa. Antes de comprar, hay que aprovechar bien esas verduras que empiezan a amarillear, igual podemos hacer un buen puré. O usar las frutas que empiezan a estar demasiado madura para hacernos un maravilloso zumo detox.
Si no podemos permitirnos hacer la compra enteramente ecológica, tendremos que hacer una selección priorizando ciertas cosas. Según informan desde la web ecologismos, hay ciertas frutas y verduras que están más expuestas a componentes químicos por sus condiciones. Por ejemplo, los guisantes, el melón o la sandía suelen ser alimentos con niveles mucho más bajos de plaguicidas que los pimientos, las patatas, las judías verdes, las fresas, el apio, los tomates, los melocotones o las manzanas.
Si compramos ingredientes y cocinamos todo desde cero, ahorraremos una buena cantidad de dinero a la larga. Las harinas integrales ecológicas junto con huevos, por ejemplo, nos sirven para hacer panes o postres. Si lo compramos ya elaborado es muy posible que nos salga más caro. Eso sí, hay que tener buena mano frente a los fuegos ;).
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