Corría mayo de 2012 cuando Rocío, una «tecnóloga alimentaria» -así es como ella se define- decide apostar por uno de los productos más icónicos de la dieta mediterránea: el aceite de oliva. A pesar de tener las típicas dudas de los emprendedores al empezar, había algo muy claro en su cabeza: su apuesta al amarillo iba a ser original y con muchos matices, empezando por su nombre: Oleum Olé.
Bajo este reclamo linguístico tan llamativo se esconden una combinación de dos palabras elegidas a conciencia; por un lado Oleum, que significa aceite en latín, y por otro Olé, una expresión tan asociada a la cultura española como el «oro líquido» que durante milenios ha modelado nuestra dieta, la mediterránea.
Como todavía no puede tener sus propios campos de olivos -a medio plazo le gustaría poder hacerlo- , Rocío trabaja directamente con productores de distintos puntos de la geografía nacional. Para los aromatizados utiliza tres variedades de aceite de oliva virgen extra que le proporciona una almazara tradicional ubicada en Tielmes (Madrid). La elección no es casual, ya que los campos de este pueblo son especialmente fértiles al estar ubicados en la vega del río Tajuña. Gracias a ello, los productores pueden cultivar los tres tipos de aceituna que Rocío necesita: Picual, Arbequina y Cornicabra.
Para los condimentos y especias que va a mezclar (frescos y deshidratados), recurre a un proveedor de Murcia especializado en el sector y que le garantiza calidad y confianza. Una vez obtenida la materia prima, Rocío se encarga, en su centro de operaciones de Aranjuez, de macerar el aceite con las especias el tiempo necesario para que el líquido se impregne del sabor deseado. «La espera está marcada por cada materia prima, el de ajo puede tardar 7-10 días pero el de trufa o boletus pueden necesitar más», apunta.
«No vale cualquier combinación de especias y aceites. Por ejemplo, el aromatizado de naranja va genial con un aceite de tipo Arbequina, que es suavecito, pero el de guindilla se combina mejor con un Picual, que tiene un toque picante», asegura.
Rocío destaca que sus aromatizados»están siempre elaborados con aceite de oliva virgen extra», lo que les aporta un plus de calidad y de propiedades nutritivas.
«Hay que tener cuidado porque al infusionarlo y mezclarlo con especias, el líquido puede perder propiedades y sabor en favor de los condimientos utilizados. Por esa razón utilizo siempre virgen extra, me garantiza que el aceite no pierda ningún atributo y que además se note siempre su presencia al probarlo»
Para Rocío, sus aceites «dan más juego» y son «más divertidos» que uno normal. Están pensados para utilizarse en crudo, que además de ser un hábito más sano, tiene un gran cantidad de usos, como por ejemplo aliñar una ensalada, conservar un embutido, darle un toque especial a las verduras, a las rebanadas de pan tostado, a las tapas…
Los más demandados, según confiesa, son los de trufa blanca, ajo y naranja. Actualmente está ultimando los detalles para lanzar tres nuevos sabores: azafrán, ajo negro y romero. Olé.
¿Sabías que casi un tercio de los alimentos que producimos en el mundo se desperdician?… Read More
El teff es un cereal antiguo que ha ganado popularidad en los últimos años por… Read More
lEl pimentón de La Vera es una especia con denominación de origen protegida (DOP), producida… Read More
¿Conoces los distintos tipos de leche vegetal? En los últimos años, el consumo de leches… Read More
Los pickles o encurtidos han existido durante siglos, pero en los últimos años han experimentado… Read More
En el mundo de los aperitivos y los entrantes rápidos, las palmeritas de jamón y… Read More