¿Diferencias entre setas y champiñones?

Al hilo de nuestro anterior post en el que te hablábamos sobre las cosas a tener en cuenta para esta temporada de setas 2019, nos hemos dado cuenta de que muchas personas no conocen aún las diferencias existentes entre setas y champiñones. Por eso hoy te las contamos. Presta mucha atención.

¿Son las setas y champiñones lo mismo?

¿Recuerdas alguno de los post que hicimos sobre mitos y leyendas sobre la alimentación? Bien, pues hoy venimos a desmontarte otro de esos bulos gastronómicos que circulan no solo por Internet, sino también por las calles y mercados de todo el país.

«Las setas y los champiñones no son lo mismo». 

Esta afirmación es falsa y probablemente te acabes de enterar pues hay una tendencia cultural a diferenciarlos. Las setas y los chapiñones son lo mismo. De hecho, el champiñon es la traducción francesa, champignon, de la palabra seta. Las personas que diferencian ambas palabras que en realidad denominan el mismo alimento, llaman champiñón a la típica seta blanca de París, mientras que se refieren como seta a aquellas de ostra. No obstante, ambos son champiñones, o setas, como prefieras llamarlos, pues se trata de sinónimos. 

Las verdaderas diferencias o errores no se encuentra entre las setas y los champiñones sino entre los hongos y las setas. En este caso, el bulo extendido es que son lo mismo, cuando la realidad es diferente. En el portal de Fungiturismo explican lo siguiente:

¿Y los hongos y las setas?

En esta cuenta dedicada al turismo micológico nos muestran una metáfora para comprender la diferencia entre hongos y setas: «podemos compararlos con un árbol y sus frutos. El árbol sería el hongo y los frutos las setas. Realmente, cuando vamos al campo en busca de setas, estamos recogiendo los ‘frutos’ de un hongo que no percibimos, ya que se encuentra oculto bajo tierra o apenas se deja ver en forma de micelio».

El micelio es el cuerpo vegetativo del hongo, algo parecido a la raíz del mismo, y está formado por unos hilos diminutos llamados hifas. El micelio necesita calor y humedad para poder desarrollarse. Si el hongo se «estresa» por una modificación de esas condiciones necesarias, como podría ser una bajada de temperaturas, aparecen las setas. Es una especie de mecanismo de defensa del hongo. Cuando este se siente en peligro por causas externas, inicia la reproducción de las setas con el objetivo de que las esporas de las mismas formen un nuevo hongo.

En definitiva, las setas serían el órgano reproductor del hongo. Las setas son una parte visible, que se encuentran en el exterior de la tierra y son comestibles, aunque no en todas las ocasiones. Por este motivo, cuando vamos a practicar turismo micológico, no vamos a recoger hongos, sino setas, de igual manera que comemos revuelto de setas y no de hongos. 

Para terminar de entender la diferencia, otro ejemplo metafórico: «podemos comparar el Reino Fungi con el mundo del vino. La vid y el hongo serían el total, la cepa y el micelio la parte no comestible y, finalmente, el racimo de uvas y las setas serían la parte comestible». Nadie cuando come uvas afirma comer vid. 

Por otro lado, hay personas que, aunque si establecen diferencias entre hongo y setas, lo hacen de forma errónea. Por ejemplo, hay quien se refiere a los ejemplares silvestre como hongo y a los cultivos como seta. El error sigue siendo el mismo. Ambos son setas, sean silvestres o cultivos.

Ahora que ya conoces las diferencias entre hongos, setas y champiñones, ¿por qué no probar un buen revuelto de setas? (que no de hongos). Si quieres hacerte con los mejores hongos de temporada, consulta nuestro post sobre la guía definitiva para la temporada de setas 2019. Si vives alejado de zonas donde se puede recolectar o simplemente no te apetece hacerlo, en mentta te llevamos las mejores setas de la época a tu casa. ¿Quieres probarlas? Entra en nuestra web y descubre toda la variedad.

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