Si hay un producto icónico en Asturias, ese es la faba. Si aún no sabes un buen sitio para comprar fabes asturianas, en un rinconcito llamado Grado, en el corazón de la verde región del norte peninsular, un emprendedor ha decidido recuperar un método de cultivo a la antigua usanza y empezar a producir pequeñas cantidades de esta legumbre en los mismos campos que un día sembraron sus abuelos. El resultado no puede ser mejor ya que permite a todo el mundo comprar fabes asturianas de verdad de calidad Extra, con el sello de Indicador Geográfica Protegida de Asturias y lo más importante: con el sabor de antaño.
Casa La Rica nació a mediados de 2015 gracias a José David, un ingeniero asturiano de obras públicas (y de caminos) que ha ido construyendo a lo largo de estos años una hoja de ruta en función de su inquietudes vitales y profesionales, lo que le ha llevado en pocos años a recorrer distintas ciudades españolas, venezolanas y canadienses. En todo este tiempo, que comenzó cuando dejó su tierra natal a los 17 años, los amigos que ha hecho por el camino le repetían una y otra vez una pregunta: «Queremos comprar fabes asturianas auténticas, ¿podrías traernos cuando vayas a tu casa?»
Ver las fabes asturianas en mentta
La recurrencia de la petición hizo que José David se animase a recuperar las raíces agrícolas y ganaderas de su familia y decidiese volver a Asturias y emprender un nuevo negocio con todas las bondades de la era digital pero con toda la esencia de la tradición de sus antepasados. Así, rescató los campos de sus abuelos y volvió a sembrar los terrenos que un día colorearon de blanco y amarillo el paisaje de Grado.
Desde el inicio, José David no quería una gran producción si no intentar hacer fabes asturianas de la mejor calidad posible. Por eso apostó por recuperar un método de cultivo muy popular décadas atrás pero hoy en día residual por su escaso margen de productividad. Según explica él mismo, se trata de combinar el cultivo de la faba con el del maíz para hacer crecer ambos a la par y que uno se beneficie de las propiedades del otro. «Por cada metro cuadrado cultivado produzco un 40% menos que con otros métodos, pero al mismo tiempo la calidad de mis fabes están por encima de las demás».
Una de las primeras cosas que hizo es inscribirse en el Consejo Regulador de Indicación Geográfica Protegida (I.G.P.) de Fabes Asturianas, un sello distintivo y regional que garantiza la autenticidad del producto, algo de gran importancia en la actualidad dado la gran existencia de alubias de distintas procedencias que intentan venderse como fabes asturianas sin tener este reconocimiento, que debe aparecer en el envase.
En 2015 , su primer año de cultivo, obtuvo cerca de 300 kg, una cifra que él considera «modesta» pero que encaja en su actual modelo de negocio. Recuerda que, a la hora de comprar fabes asturianas, la calidad es lo primero. El proceso comienza con los meses de siembra, que suelen ser entre «abril y mayo», detalla José David para añadir que «hay que dejar las plantas 140 días» para después recogerlas «aproximadamente en octubre» y dejarlas secar un mes más antes de seleccionar las fabes.
Para establecer la calidad del género, cuenta con una máquina láser que detecta si la faba está o no manchada. En función del grado de pureza, se cataloga en Extra, de Primera o de Segunda. Todas las que comercializa Casa La Rica son de calidad Extra, que es la máxima consideración que puede tener este producto.
Una vez seleccionadas las mejores, se empaquetan en envases de yute, una tela natural tejida a mano en la India al ser este país el principal productor de esta materia prima. La principal virtud del yute es que no deja penetrar la luz solar evitando así la pérdida de calidad de la legumbre, que de por sí tiene una larga vida útil «que va más allá del año y medio fijado por ley, según asegura José David.
Como asturiano, quiere romper el tópico de que la faba «sólo se sirve para hacer fabada y para tomar en caliente». Si bien es la forma más conocida de hacerlo no es la única. En uno de los últimos talleres que ha organizado junto a un conocido chef, han preparado recetas tan variadas como fabes con oricios, ensalada de fabes con alcachofas o paté de fabe con maíz asturiana. A pesar de ello, no olvida el maravilloso sabor de una receta tradicional de fabes.
Además, recuerda que 100 gramos de esta legumbre aporta 300 kilocalorías, argumentando así la postura de que «la fabe se ha asociado erróneamente al hecho de ganar peso». Para el que esté preocupado por cuidar su línea, ya tiene una excusa menos (o un motivo más) para prepararse un buen plato de esta delicia asturiana.
En mentta también contamos con la mejor selección de fabes asturianas. Por lo que pinchando aquí puedes comprar fabes asturianas de calidad de la mano de una de nuestras tiendas especializadas, Origen Asturias. Esta tienda gourmet fundada en Posada de Llanes produce su propio queso Bedón, típico de la región. No solo podrás encontrar en ella fabes y queso: tienen la mejor selección de productos asturianos, la mayoría con denominación de origen.
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