Que el aceite de coco está de moda es una realidad, pero ¿sabemos por qué? ¿cuáles son las propiedades del aceite de coco? ¿para qué se usa? ¿por qué se ha convertido en un “must have”? Vamos a descubrirlo.
El aceite de coco es un aceite vegetal, al igual que el aceite de oliva, de palma o palmiste. Con aceite vegetal no nos referimos solo a aquellos aceites líquidos a temperatura ambiente: algunos como el de coco, son sólidos. Nos referimos a los triglicéridos que se extraen de las plantas.
Esto es importante ya que, a veces, podemos encontrar etiquetado como grasa vegetal un aceite vegetal que sea sólido a temperatura ambiente. Es el caso del aceite de coco, que se compone de casi un 90% de ácidos grasos saturados. Sin embargo, como explica Samantha Penfold, creadora del concepto Organic Market & Food, para la revista ELLE.es: “no se trata de las grasas saturadas nocivas que se encuentran en el queso o en la carne, las del coco contienen triglicéridos de cadena media, altamente beneficiosos para la salud».
Sin embargo, desde la Fundación Española de Nutrición, advierten que un consumo excesivo de ácidos grasos saturados puede ser perjudicial para la salud, ya que aumentan los niveles de colesterol en sangre. Afirman que, aunque el aceite de coco sea una grasa vegetal “se comporta como si fuera animal, que por otro lado, es de gran interés para la industria por ser un aceite de difícil enranciamiento y que proporciona a los alimentos un inmejorable aspecto, sabor y textura. Por ello se utiliza en la elaboración de productos de bollería industrial y en margarinas de bajo coste, con muy buenos resultados”.
Lo que está claro es que la clave está en la medida. Podemos consumir aceite de coco con control y de una manera moderada. Sin embargo, si recurrimos a los alimentos ultraprocesados que contengan este aceite, estaremos dañando nuestra salud.
Podríamos decir que oro líquido es el apellido del aceite de oliva y que es considerado el rey de los aceites, pero en los últimos años parece haber surgido un competidor que quiere quitarle el título: el aceite de coco.
El aceite de oliva es un aceite vegetal muy sano, cuyo aporte nutricional es necesario para nuestro organismo, siempre que lo utilicemos en crudo. Hasta este momento hay consenso en el mundo de la nutrición. Sin embargo, en el momento en el que utilizamos el aceite para freír o cocinar en general, surgen las disputas. Algunos expertos afirman que al calentar el aceite de oliva por encima de los 420 grados se modifican sus propiedades, pues libera toxinas mediante un proceso de hidrogenación. La nutricionista Bridget Bennett para el diario El Confidencial, afirma que «gran parte del valor nutricional que asociamos con el aceite de oliva, como los ácidos grasos omega-3 y antioxidantes, se destruye por el proceso de calentamiento”.
Otros expertos dicen que estas afirmaciones son un mito y que el aceite de oliva no se descompone a altas temperaturas porque sus grasas no saturadas son más resistentes a la oxidación que otros las de aceites.
El aceite de coco, debido a sus innumerables atributos. Las propiedades del aceite de coco son bastante amplias. Como hemos dicho, tiene un alto poder de conservación, y esto es debido a su lenta oxidación. Se puede conservar sin refrigeración hasta 6 meses. Además, a 24 grados se mantiene sólido.
Otra de las ventajas o propiedades del aceite de coco, es que se puede montar. Con esto conseguiremos una textura similar a la de la mantequilla para poder incluirlo en nuestro menú diario.
Los triglicéridos de la grasa del aceite de coco, permiten quemar grasas más fácilmente. Disminuyen el colesterol y aumentan el ritmo metabólico y el efecto saciante.
Según el blog de Manuel Sánchez Hernández, la ingesta de este aceite beneficia a las personas con Alzheimer moderado, activando su cerebro debido a los cuerpos cetónicos que libera y que posteriormente pasan a la sangre. Por este motivo, también afirma que ayuda a las personas con epilepsia.
No solo encontramos beneficios y propiedades del aceite de coco en alimentación, también en cosmética. Debido a su estado sólido y su textura cremosa a temperatura ambiente, se puede convertir en una crema hidratante para el cuerpo al aplicarla en crudo. En pieles secas es un complemento ideal, pues aporta la grasa que la dermis necesita.
El pelo también se beneficia de las propiedades de este aceite. Si se aplica en líquido, puede funcionar como un champú anticaspa y si se mezcla con azúcar, como un exfoliante capilar. Se utiliza mucho para hacer mascarillas caseras hidratantes.
Al combinarlo con bicarbonato sódico, se puede usar como desodorante.También como cacao y como suavizante de las cutículas de las uñas.
Además, debido a la vitamina C que contiene, hidrata cejas y pestañas, aportándoles volumen y densidad a largo plazo si se aplica con continuidad.
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