Bulos, mentiras, leyendas, fake news… lo puedes llamar como quieras, pero lo cierto es que en torno al mundo de la alimentación cada día se forman más mitos. En este post te los desmontamos todos.
La alimentación sana está de moda. Es una realidad que el mundo del fitness ha ganado terreno a la comida basura y a la industria de los alimentos procesados. Pero, como en cualquier moda, también surgen pequeñas mentiras y suposiciones erróneas en torno a ellas. Muchas veces el querer cuidarnos hace que sigamos costumbres o adoptemos hábitos movidos por falsos mitos o creencias sobre la alimentación que no dejan de ser bulos que no están avalados por nutricionistas y que solo se quedan en viejos remedios, la mayoría de veces inútiles, de abuelas.
Los mitos sobre la alimentación han existido siempre, y gracias a los avances de la ciencia y de la nutrición se han podido ir desmontando, popularizándose la ridiculez de los mismos. No obstante, hay algunos que siguen arraigados a nuestros hábitos y costumbres, en definitiva, a nuestra cultura. Debemos informarnos e intentar deshacernos de ellos, abriendo nuestra mente y no dejándonos influir por las habladurías y rumores.
Primera regla y base para el resto de mitos. Ni el pan, ni ningún alimento engorda, engordas tú. Todos los alimentos aportan calorías a nuestro cuerpo, pero eso no quiere decir que engorden. Depende de cómo cuadres los macronutrientes que necesita tu cuerpo en función de tu peso, altura, edad, el deporte que realizas, tu metabolismo, etc. Además, el pan no es un alimento excesivamente calórico. De hecho, es pobre en grasa y rico en hidratos de carbono, por lo que es una muy buena fuente de energía. Tampoco la miga «engorda» más que la corteza. La masa es la misma, están compuestos de lo mismo. La única diferencia es que el pan se dora por su parte externa en el horneado, mientras que su parte interior, al conservar mejor el agua, se mantiene tierna y esponjosa.
Con este mito no queremos incitarte a que solo comas pan. Simplemente que pierdas el miedo a este alimento. Es una de las bases de la dieta mediterránea y, si se combina bien con el resto de nutrientes, puede ser una opción deliciosa.
Cuando se suda, bien porque se hace deporte o porque es una función más que nuestro organismo realiza continuamente, se libera agua y sales minerales. No se pierden grasas gracias al sudor. El sudor es una forma de excreción, al igual que la orina, sin embargo, nunca se nos ocurriría decir que orinar adelgaza, ¿verdad? Toda la población estaría delgada, pues es una actividad que realizamos a diario varias veces.
Este mito se da porque si es cierto que las pérdidas de sudor reducen el peso corporal, debido a la deshidratación del organismo. No obstante, como decimos, no se pierde grasa, y ese peso se vuelve a recuperar en cuanto hidratamos el cuerpo bebiendo agua por ejemplo.
Se dice que comer hidratos de carbono en las cenas no es algo bueno para el organismo. El argumento es que por la noche, no se tiene tanta actividad física como por el día y que por tanto esas calorías no van a quemarse y por tanto, se convertirán en grasa. Sin embargo, hay que aclarar en primer lugar, que el aporte de calorías de un hidrato es el mismo a cualquier hora del día, en segundo lugar, que por la noche, el cuerpo descansado también quema calorías, y que en tercer lugar, la quema de calorías no es algo inmediato que nuestro cuerpo realiza nada más consumir los alimentos.
Sobre este tema ha habido mucha polémica en los últimos años, tanto que hay gente que para cocinar utiliza solo el aceite de coco mientras que el aceite de oliva lo usa en crudo para aderezar sus platos. Sobre este tema, este mito, y la controversia que genera ya hemos hablado en un post anterior que puedes consultar pinchando aquí.
Los carbohidratos son un elemento esencial de la alimentación. El pan, la pasta, las legumbres, el arroz, son alimentos que debemos incluir en nuestra dieta. En nuestro post sobre la pirámide alimenticia que puedes consultar aquí, podrás comprobar como este macronutriente es una de las bases de la alimentación saludable, por lo que, aunque tampoco debemos abusar de ellos para dejar hueco al resto de alimentos y nutrientes, no debemos, en ningún caso restringirlos.
La fruta es otro de los alimentos que debe ser clave en la alimentación. Los nutricionistas recomiendan consumir hasta 5 piezas de fruta al día, sin desplazar el consumo de otros nutrientes. No obstante, no dicen nada sobre el momento para su consumo. La fruta aporta el mismo número de calorías después de cada comida que en ayunas, por lo que «engorda» de la misma manera. Normalmente se consume después de las comidas, a modo de postre, pero hay una tendencia generalizada a decir que esto es malo. Y es una tendencia errónea, otro mito más sobre alimentación.
La única explicación que podemos darle a este mito es que si comemos la fruta entre comidas, producirá un efecto saciante en nuestro cuerpo que hará que consumamos menos cantidades durante las comidas o cenas.
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Podríamos continuar hablándote de los mitos que existen en torno a la alimentación, pero seguro te cansarías de leer porque son infinitos. Si quieres que hagamos más posts de este estilo, desmontando leyendas y revelando verdades sobre otros temas de alimentación, háznoslo saber en comentarios o por redes sociales: @mentta.es
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