La fruta y verdura de destrío –que no de estrío– son el patito feo de la huerta, al ser el género desechado para la venta por no cumplir los estándares de mercado. Su apariencia externa, menos atractiva para el público general, no significa en muchas ocasiones que el producto esté en mal estado puesto que sigue conservando las propiedades nutricionales intactas además de su sabor. Dentro de la consideración de género de destrío, puede haber distintos niveles que nos hagan replantearnos si realmente se puede o no aprovechar, lo vemos a continuación.
En el contexto hortofrutícola, la definición de destrío que detalla el Ministerio de Agricultura del Gobierno de España es la de «frutas o verduras que han sido rechazadas para la comercialización durante el proceso de selección en el lugar del empaquetado, por estar mal formadas, inmaduras, afectadas por algún patógeno, con presencia abundante de manchas y rajados o no responder a los estándares de tamaño».
Según esta definición, que pone al mismo nivel todo tipo de productos de destrío, se homogeneizan todas las causas aunque como ahora veremos, hay diferencias entre unas y otras.
Las causas del destrío pueden ser muchas y variadas. Este antiguo informe elaborado por el ingeniero agrónomo Antonio Meliá y disponible en la biblioteca del Ministerio de Agricultura, puede servir para entender el funcionamiento para la selección del destrío a pesar de haber sido elaborado en 1976, si bien hay que tener en cuenta el impacto de los procesos modernos a la hora de hacer una comparativa y sacar conclusiones.
En el documento, que trata sobre el destrío de los cítricos de Valencia, se explica que entre las causas que afectan a productos como las naranjas en esa zona hay un porcentaje relacionado con razones fitopatólogicas, como por ejemplo la acción de insectos como la mosca de la fruta; otras que tienen más que ver con causas climatológicas, que van desde la acción del pedrisco y de la humedad a la de rozadura de las ramas; u otras de tipo fisiológico relacionadas con fenómenos como la segunda floración o una sobremaduración que afecta a la epidermis.
También hay otras causas relacionadas con incidencias en el almacenamiento, como manchas por el roce de correas, que hacen oscurecer al producto, además de otras incidencias ocurridas en la recolección como la oleocelosis, que producen «manchas amarillentas o parduzcas por la rotura de las glándulas debido a la recolección de los frutos estando mojados». Tampoco hay que olvidar que algunas se desechan por su aspecto deforme y otras por su tamaño, más pequeño de lo normal.
En resumen, podemos darnos cuenta con este caso de las principales razones que existen mundo agrícola para catalogar a un producto como destrío. Si bien es cierto que muchas de ellas hacen imposible su venta, hay otras causas menores relacionadas sobre todo con la estética que hacen replantearse seriamente si podrían valer para el consumo.
Habitualmente la fruta y verdura de destrío se suele vender a un precio más bajo y enfocada a zumos, macedonias y sobre todo como alimento para animales. Tradicionalmente, la poca salida que ha tenido el género de destrío ha repercutido de forma negativa en muchos agricultores, que ven como un porcentaje importante de su producción no puede llegar a comercializarse.
[Tweet «En la app mentta se puede encontrar fruta y verdura de #destrío más barata y en buen estado para su consumo «]
Actualmente, el panorama ambiental, social y económico a nivel mundial hace repensar si muchas de estas frutas y verduras de destrío que se desechan por causas de mercado, no pueden ser aprovechadas por el consumidor aunque sea a un precio de más bajo. Una de las tiendas que hay en mentta, Comefruta, ha decidido introducir en su catálogo fruta y verdura de destrío siguiendo esta lógica.
Por supuesto, son piezas cuyo destrío es sobre todo estético y no pone en riesgo la salud del consumidor ya que se selecciona después de una cuidada selección. La principal ventaja es su precio, que es mucho más bajo que el habitual. Con ello además, se ayuda a que muchos productores nacionales puedan comercializar su género y reducir las pérdidas.
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