No hay nada más reponedor que una taza de cacao caliente en un día gris y lluvioso de otoño. Pero aunque hoy parezca difícil de creer, en la Mesoamérica precolombina también se utilizaba el cacao como moneda para muchos de los intercambios comerciales. De hecho, el cacao era uno de los alimentos más preciados en su aquella cultura.
Y es que antes de que llegaran Colón y los suyos e impusieran los valores occidentales, muchas de las culturas mesoaméricanas como los mexicas (o aztecas) o mayas, compartían una serie de características comunes. Entre ellas, el gusto por el cacao. Lo usaban como bebida, medicina, alimento, moneda o incluso como elemento ritual en ceremonias especiales.
En concreto, el cacao se consideraba apropiado para tratar quemaduras. Se tomaba, junto a otros productos, para sanar algunas enfermedades. También se solían ofrecer jícaras de cacao cuando los mercaderes volvían de sus largos viajes o durante las fiestas de la nobleza. Festines en las que no faltaba este producto como bebida.
Con respecto a su plantación, y según cuenta la investigadora Lucía Aranda, «en la época prehispánica sólo podían tener tierras propias los gobernantes, los nobles, los guerreros de alto rango y los mercaderes, y era en estas tierras donde se podían plantar árboles de cacao».
Con la llegada de los españoles a América, se percataron de que los indígenas de la zona mesoamericana daban valor a objetos que en Europa no lo tenían. Esto era debido en parte a su exotismo. El antropólogo Tzvetan Todorov cuenta en su libro «La conquista de América» que se producían intercambios entre el vidrio de botellas que traían los españoles y el oro de las culturas precolombinas.
Para adaptarse a las necesidades de aquel momento, los recién llegados comenzaron a utilizar como moneda diversos materiales. Por ejemplo, se usaban mantas de algodón, cacao, hachuelas de cobre, hierba mate y ganado, entre muchos otros. De ahí que el cacao se utilizase como moneda de intercambio, al igual que muchos otros materiales.
A pesar de que se acabó introduciendo la moneda metálica para comerciar, algunos de los mencionados objetos seguían siendo utilizados durante gran parte de la época colonial creando así un sistema de intercambio que aglutinaba ambos sistemas monetarios. Este hecho le vino bien a las autoridades españolas a causa de la carencia de metal en algunos momentos o por su preferencia por extraerlo y llevarlo a la metrópoli dado su alto valor. Por lo tanto, la costumbre de los indígenas de utilizar el cacao como moneda de intercambio se terminó exportando a miles de kilómetros de distancia, hasta la península ibérica.
Por supuesto, no podía faltar este alimento milenario en mentta!
Fuentes utilizadas: ARANDA KILIAN. Lucía, «El uso de cacao como moneda en la época prehispánica y su pervivencia en la época colonial»
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