La leche tiene el privilegio de ser el primer alimento que consumimos en nuestra vida. Es esencial para el crecimiento de los niños, por su alto contenido en calcio. No obstante, conforme vamos creciendo, hay algunos que la comienzan a odiar, otros que no pueden vivir sin ella e incluso los que se vuelven intolerantes. Así es la leche, que no deja indiferente a nadie. En el post de hoy te hablamos de todos los tipos de leche existentes. Si no te lo quieres perder, sigue leyendo.
Hay tantos tipos de leche como tipos de personas que la odian o la aman. Cada marca utiliza un tiempo de calor que aplican diferente para higienizarla. No obstante, cada empresa guarda ese tiempo como un secreto industrial. Es por esto difícil establecer qué leche es mejor que otra. Aún así, lo que sí es importante es conocer qué leche se adapta mejor a lo que tu organismo pide o necesita.
El adjetivo de entera, semidestanada o desnatada depende de la cantidad de grasa, nata, que contiene la leche. El proceso para elaborar leche es el siguiente: primero se extrae toda la grasa y luego se le devuelve una determinada porción. Dependiendo de esa porción, ese porcentaje de grasa que se le devuelva, daremos lugar a una tipo de leche u otro.
Por norma general, la leche entera contiene un 3,5% de grasa, la semidesnatada, un 1,5% y la desnatada un 0,1%. Dicho de otra manera, por cada 100 mililitros de leche, la entera contiene 3,5 gramos de grasa, la semidesnatada 1,7 gramos y la desnatada 0,1.
Otro aspecto a tener en cuenta es que cuanto más porcentaje de grasa se quita, también se pierden más vitaminas y otros ácidos grasos esenciales. Lo recomendable para los adultos es consumir leche semidesnatada, pues encontramos ese equilibrio entre el contenido en vitaminas, concretamente A, D y E, y ácidos grasos saludables, y el bajo en contenido en nata.
Hervido casero: este tipo de leche se hierve a 100 grados durante dos o tres minutos. De esta manera desaparecen todos los microorganismos patógenos existentes en la leche debido a la termosensibilidad de sus proteínas. No obstante, en este caso la leche se ve algo afectada. Podemos encontrarnos con esa incómoda nata superficial que aparece en nuestro vaso de leche cuando la calentamos demasiado. Esa nata se llama lactalbúmina, y le da nombre la proteína que interviene que la retención de los ácidos grasos o la fijación del calcio.
La leche enriquecida es aquella que lleva un suplemento vitamínico extra que la leche «convencional» no contiene. Por ejemplo, para aquellos que tienen deficiencias de calcio, pueden tomar lácteos enriquecidos con el mismo. No obstante, la mejor opción es aumentar el consumo de productos altos en calcio, antes que consumir leches enriquecidas, pues los nutrientes no se asimilan de la misma manera si son añadidos a si se encuentran de manera natural en los alimentos.
Comprar leche ecológica de almendra enriquecida con calcio
No obstante, no solo hay leches enriquecidas con calcio. También están aquellas enriquecidas con fibra, magnesio u omega 3.
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