Hoy venimos a desmontar mitos sobre la leche sin lactosa. No sabemos si por moda, por enfermedades imaginarias que la sociedad autogenera o por verdadera necesidad, pero lo cierto es que el consumo de leche sin lactosa ha aumentado exponencialmente en los últimos años. Si quieres saber por qué muchos nutricionistas afirman que tomar leche sin lactosa es malo, continúa leyendo este post:
La leche sin lactosa está de moda. Mucha gente ha empezado a consumirla afirmando que se siente mejor, menos pesada eliminando la leche convencional de su alimentación. Sin embargo, muchos lo hacen sin un diagnóstico médico. La realidad es que el cuerpo de las personas que no son intolerantes a la lactosa, es decir, los tolerantes, necesita esta sustancia.
La lactosa es un azúcar que contiene la leche, formado por una molécula de glucosa y una de galactosa (RAE). Es un carbohidrato de origen natural que contienen todos los productos lácteos y que da energía a nuestro cuerpo. La lactosa influye en la absorción de calcio, zinc y otros minerales que nuestro cuerpo necesita. Además protege la flora intestinal y ayuda a las funciones inmunitarias contra el envejecimiento.
Hay personas cuyo organismo no es capaz de digerir bien la lactosa, debido a una insuficiencia de lactasa. ¿Y qué es la lactasa? Es la encima del intestino delgado que fragmenta la lactosa en glucosa y galactosa (RAE), es decir, la encima que ayuda a que nuestro cuerpo digiera la lactosa. La lactosa, no se absorbe por vía intestinal, pero sí la glucosa y la galactosa por separado. La lactasa rompe la lactosa en glucosa y galactosa para que sean absorbidas por el intestino. Por este motivo, las personas que tienen una insuficiencia de lactasa son las que denominamos intolerantes a la lactosa.
Si la lactosa no se digiere, no se absorbe y pasa al intestino grueso sin descomponerse. Por eso provoca dolores abdominales, hinchazón, cólicos, diarrea y malestar.
Es importante destacar que hay diferentes grados de intolerancia a la lactosa. Todo depende de lo grande que sea la insuficiencia de lactasa. Las personas que son poco intolerantes pueden consumir algunos productos lácteos pero siempre con precaución. Su cuerpo reacciona ante el azúcar de la leche, pero no reacciona de forma muy brusca a las leches ya fermentadas que componen los quesos, yogures, etc. Si por el contrario eres una persona alérgica a la lactosa, no podrás consumir ningún producto lácteo.
¿Tomar leche sin lactosa es malo? La respuesta es depende. Depende de si tu cuerpo digiere la lactosa o no. Es decir, depende de si tu cuerpo tiene insuficiencia de lactasa o no. Desde el diario.es, se afirma que la gente que toma leche sin lactosa sin ser intolerante es víctima de otra de las modas absurdas de la nutrición.
La falta de hábito y costumbre de beber leche, hace que nuestro cuerpo vaya «olvidando» cómo producir la encima lactasa. Como hemos dicho, es la responsable de romper la lactosa, para que digiramos bien la leche. Si tomamos leche sin lactosa sin ser intolerantes, nuestro cuerpo se dará cuenta de que la encima que está produciendo, la lactasa, no sirve para nada, pues no hay nada que digerir. Por ello, dejará de producir la encima, convirtiéndonos poco a poco en intolerantes. Según el diario.es, «la producción de lactasa puede desactivarse si no se toma lactosa o activarse si se toma, por lo que poblaciones que no suelen consumir leche, al hacerlo, padecen desarreglos al principio pero luego acaban acostumbrándose. En estos casos hablamos de intolerancia transitoria frente a la permanente».
Los más angustiosos auguran que si desactivamos la capacidad de producir lactasa, con el paso del tiempo, el gen evolutivo encargado de la producción de esta encima se desactivará por completo.
La lactosa no es ni buena ni mala. Es el azúcar que hay en la leche. Mucha gente piensa que por consumir leche sin lactosa, estará tomando menos azúcar, pero nada más lejos de la realidad. La leche sin lactosa, es una leche ya descompuesta, a la que se le ha añadido artificialmente lactasa para separar la glucosa y la galactosa. Pero el contenido de azúcar sigue siendo el mismo. De hecho, esta leche suele presentar un sabor más dulzón que la leche convencional con lactosa.
Con este mejunje de lactosas, lactasas, glucosas y galactosas, esperamos que hayáis comprendido que no hay que tomar leche sin lactosa cuando no se es intolerante.
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