Es una variante del melocotón con la piel lisa pero no tan olorosa, más pequeña y con la pulpa de color amarillo. Es una una fruta de primavera.
Existen varias variedades, pero destacan las de carne blanca y las de carne amarilla. Las de carne amarilla son más jugosas, tiernas, fibrosas y dulces, por esto son muy buenas para comerlas crudas en ensaladas, en zumos, macedonias, pasteles, mermeladas, etc. Mientras que las de carne blanca, se deshuesan más fácilmente, son crujientes, menos fibrosas y más ácidas, por lo tanto son buenas para cocinarlas levemente en salteados o asadas.
Contienen mucha agua, por lo cual resultan muy refrescantes y a la vez ayudan a los riñones a filtrar y a eliminar los líquidos. Como tienen pocas calorías son recomendables para las dietas de adelgazamiento y su aportación de fibra favorece el tránsito intestinal, así como la pectina que posee propiedades laxantes.
Aportan vitamina A, importante para la vista, la piel, el cabello, las mucosas, los huesos y favorece el funcionamiento del sistema inmunológico y en menor cantidad, vitamina C y B3.
También contienen minerales como el potasio, que regula el metabolismo corporal, el magnesio y el fósforo.