Als Ludwig XIV. es probó, proclamó a Tokaj como "el vino del rey y el rey de los vinos". La leyenda de Tokaj ha crecido a lo largo de sus cuatrocientos años de historia; pero no fue hasta 1630 que se habló por primera vez de la grandeza del viñedo de Oremus. Hoy en día es el que recibe mayor reconocimiento a nivel mundial. El néctar de Oremus, producto de su terroir, destaca entre todos los vinos de Aszú. Es una bebida increíblemente rica, incomparable en el mundo. Tiene un bajo contenido alcohólico (2% a 3%), ya que no todo el azúcar concentrado en él llega a fermentarse, y no es raro encontrar 500 gramos o más de azúcar residual por litro. Las bayas de Aszú se cosechan individualmente. No debemos olvidar que cada cosechador recogerá entre 5 y 10 kg de uva al día. Las bayas reposan durante 15 a 20 días, y la ligera presión ejercida por el peso de las propias uvas provoca la extracción del jugo que contienen. A continuación, el mosto se traslada a recipientes de vidrio de 50 litros y se deja fermentar muy lentamente. Después de un año, se traslada a barricas Átalag de 68 litros, donde continuará su crianza. Finalmente, envejece en botella en un viaje que puede durar incluso décadas. Eszencia es el néctar de Tokaj y el alma de los vinos de Oremus. Pura concentración e intensidad.