Se emplean anchoas de primavera, época de menos grasa del pescado. Éstas se limpian y se colocan ordenadamente en barriles por capas, intercalando sal marina. Después de un mínimo de 8 meses en salazón, se filetean, eliminando la sal, la espina y la piel y se envasan en aceite de oliva. Así, se obtiene una anchoa suave y tersa. Estan previamente tratadas contra el anisakis.