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Detalle de cada combinación:
Producto cultivado por nuestros agricultores en la zona de Griñón y Villa del Prado
El apio destaca por su alto contenido en agua (95%). Además, contiene minerales (potasio, sodio, calcio y magnesio) y vitaminas (C y E).
El apio se conserva durante 2 ó 3 días en el frigorífico, mejor envuelto en papel húmedo, y también sumergiendo la parte inferior de su tallo en agua. Se puede congelar si se escalda previamente durante unos 3 minutos, aunque al descongelarlo pierde su textura crujiente.
El apio se consume fresco (eliminando los hilos del tallo) y hervido. Si las hojas y pencas están verdes se utilizan en caldos. Si las pencas son blancas o doradas, resultan tiernas y crujientes para consumirlas crudas, en tiras o ralladas, como un complemento ideal de las ensaladas. El jugo fresco elaborado con los tallos y las hojas, mezclado con zanahoria y manzana, suaviza su sabor.