El proyecto de la bodega Ernesto del palacio empieza con la ilusión de una familia agricultora por elaborar vinos de calidad con uvas de sus propios viñedos cuidados con todo el esmero, tesón y experiencia que se ha trasmitido de padres a hijos durante más de 300 años.
Ernesto del Palacio (Tito) se cría entre viñedos y bodegas milenarias donde sus antepasados elaboraban vinos tintos y verdejos de San Román de Hornija de sus propios viñedos. En épocas pasadas no existían las bodegas industriales y los viticultores hacían su propio vino en las bodegas milenarias vendiéndoselo a los arrieros que viajaban hacia el norte de España, castilla y león, Asturias, Galicia etc. Donde repartían el vino en los almacenes más importantes, y gracias a estos daban a conocer el vino de San Román de Hornija.
En el caso de la familia DEL PALACIO esta cultura del vino, según los datos familiares, comienza en 1715 cuando la familia Del Palacio comienza a vender y a producir un vino único de unas viñas centenarias, las de Toro, que fueron de las pocas que no sufrieron la plaga de la Filoxera que arrasó España a finales del siglo XIX y el último año que se elabora en la bodega milenaria es 1961 cuando el abuelo Ernesto del Palacio Gómez muere y su hijo Ernesto del Palacio Velázquez decide no proseguir con la elaboración tradicional y vender la cosecha de uva a las nuevas bodegas industriales que han aparecido en San Román de Hornija.
Tito desde pequeño tiene ilusión por hacer una bodega moderna con toda la tecnología y etnología disponible en la actualidad sin perder la raíz agrícola que es donde nace un buen vino, y es en el año 2019 cuando sale a la luz nuestra primera añada “Ernesto del Palacio” ligada a la Denominación de Origen Toro.
Bodegas Ernesto del Palacio es un sueño y un propósito. Son los 300 años de historia y el deseo de volver a la bodega, de crear una experiencia, de mejorar lo que somos.
Desde entonces, con una pequeña interrupción, la familia Del Palacio ha trabajado con ilusión y perseverancia para mejorar algo inmejorable: la tradición, el cuidado y el esmero de toda una familia elaborando vinos inolvidables, que mezclan el pasado y el presente para crear caldos de futuro.