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Bordelar Blanco se distingue como un vino blanco cuidadosamente elaborado por Bodegas Bordel, utilizando las variedades autóctonas de uva Branco Lexítimo, Agudelo y Godello, dentro de la IGP Betanzos.
Desde la etapa inicial de despalillado y estrujado hasta su fermentación en depósito de acero inoxidable, cada paso refleja el compromiso con la calidad.
Este vino experimenta un prolongado reposo en botella antes de su lanzamiento al mercado, garantizando su madurez y complejidad. Con una producción limitada de 1500 botellas, el Bordelar Blanco representa una joya vinícola que cautiva con su elegancia y expresión auténtica de las uvas autóctonas.
Vista: El Bordelar Blanco se presenta con un atractivo color amarillo pajizo en la copa, mostrando una limpidez y brillo notables.
Nariz: En la fase olfativa, se revelan agradables aromas cítricos que aportan frescura, junto con matices frutales que realzan su complejidad aromática.
Boca: Al paladar, este vino blanco se destaca por su frescura y agilidad. La experiencia sensorial es sabrosa, con una acidez moderada que se integra a la perfección, añadiendo un equilibrio armonioso. Su carácter ligero y fresco se traduce en una experiencia gustativa deliciosa, destacando por su perfil sabroso y una acidez que complementa la estructura general del vino.
Bordelar Blanco se distingue como un vino blanco cuidadosamente elaborado por Bodegas Bordel, utilizando las variedades autóctonas de uva Branco Lexítimo, Agudelo y Godello, dentro de la IGP Betanzos.
Desde la etapa inicial de despalillado y estrujado hasta su fermentación en depósito de acero inoxidable, cada paso refleja el compromiso con la calidad.
Este vino experimenta un prolongado reposo en botella antes de su lanzamiento al mercado, garantizando su madurez y complejidad. Con una producción limitada de 1500 botellas, el Bordelar Blanco representa una joya vinícola que cautiva con su elegancia y expresión auténtica de las uvas autóctonas.
Vista: El Bordelar Blanco se presenta con un atractivo color amarillo pajizo en la copa, mostrando una limpidez y brillo notables.
Nariz: En la fase olfativa, se revelan agradables aromas cítricos que aportan frescura, junto con matices frutales que realzan su complejidad aromática.
Boca: Al paladar, este vino blanco se destaca por su frescura y agilidad. La experiencia sensorial es sabrosa, con una acidez moderada que se integra a la perfección, añadiendo un equilibrio armonioso. Su carácter ligero y fresco se traduce en una experiencia gustativa deliciosa, destacando por su perfil sabroso y una acidez que complementa la estructura general del vino.
