La dueña de esta tienda de Madrid se llama Virginia y llegó al mundo de la repostería creativa un poco de casualidad, como muchas cosas que suceden en esta vida.
Es traductora-intérprete de formación, pero hace ya algunos años que se dedica a la repostería creativa, al mundo dulce, a cumplir esos sueños de niños y adultos, a crear ilusión.