Un syrah puro y elegante, firmado por un maestro del Valle del Ródano, Stéphane Ogier.
Este vino ofrece un intenso bouquet aromático de frutas negras maduras, violeta y pimienta blanca, con un toque sutil de matorral. En boca, es una caricia: suave, aterciopelado, con una frescura que equilibra su hermosa estructura.
Ideal para acompañar una buena pieza de carne roja, platos picantes o verduras a la parrilla. Una introducción perfecta al refinado universo de Stéphane Ogier, manteniéndose accesible y generoso.
Abrir una hora antes para disfrutarlo plenamente.