El kale ecológico es una hoja verde oscura y rizada que puede consumirse cruda, cocida o en forma de jugo o batido. Al ser orgánico , el kale se produce en un suelo rico en nutrientes, lo que potencia sus propiedades beneficiosas y asegura que esté libre de contaminantes químicos. Su sabor es ligeramente amargo, aunque se suaviza al cocinarlo o mezclarlo con frutas y otros vegetales.

Beneficios del kale ecológico

• Potente fuente de antioxidantes

El kale ecológico es una de las verduras de hoja verde más ricas en antioxidantes, como la vitamina C, el betacaroteno y flavonoides como la quercetina y el kaempferol. Estos antioxidantes ayudan a combatir el daño celular causado por los radicales libres y tienen propiedades antiinflamatorias.

• Salud ocular

Los antioxidantes luteína y zeaxantina presentes en el kale ecológico son importantes para la salud de los ojos, ya que protegen la retina y ayudan a reducir el riesgo de degeneración macular y cataratas, dos problemas oculares comunes en la edad avanzada.

• Fortalecimiento del sistema inmunológico

Gracias a su alto contenido de vitamina C y vitamina A, el kale ecológico apoya el sistema inmunológico y mejora la respuesta del cuerpo ante infecciones. La vitamina C es también un antioxidante que facilita la absorción de hierro y mejora la resistencia contra enfermedades.

• Beneficios para la salud ósea

El kale ecológico es una excelente fuente de calcio y vitamina K, dos nutrientes clave para mantener huesos fuertes y prevenir la osteoporosis. La vitamina K es esencial para la activación de proteínas que mantienen la densidad ósea, lo que lo convierte en un alimento ideal para personas de todas las edades.

• Apoyo al sistema cardiovascular

Los antioxidantes y la fibra presentes en el kale ayudan a mejorar la salud cardiovascular. La fibra ayuda a reducir los niveles de colesterol al eliminarlo a través del sistema digestivo, mientras que el potasio regula la presión arterial, reduciendo el riesgo de enfermedades cardíacas.

• Propiedades antiinflamatorias

Los flavonoides y otros compuestos antioxidantes presentes en el kale ecológico tienen efectos antiinflamatorios. Esto es beneficioso para reducir la inflamación crónica, que puede contribuir a enfermedades como la artritis, el asma y algunos trastornos cardiovasculares.

• Apoyo al sistema digestivo

La fibra que contiene el kale ecológico contribuye a una digestión saludable, previniendo el estreñimiento y favoreciendo el tránsito intestinal. La fibra ayuda también a mantener estables los niveles de glucosa en sangre, lo que es positivo para personas con riesgo de diabetes tipo 2.

• Control del peso

El kale ecológico es bajo en calorías y alto en fibra, lo que facilita la saciedad y reduce la necesidad de consumir otros alimentos calóricos. Además, al ser muy rico en nutrientes, es ideal para dietas equilibradas y de control de peso.

Beneficios ambientales del kale ecológico

Al ser producido de manera ecológica, el cultivo de kale:

• Preserva la fertilidad del suelo, promoviendo la biodiversidad y la salud de los microorganismos.
• Evita la contaminación de las fuentes de agua cercanas, ya que no emplea productos químicos que pueden filtrarse.
• Reduce la huella de carbono al no depender de fertilizantes y pesticidas sintéticos, que tienen un alto impacto ambiental.

Cómo consumir y conservar el kale ecológico

El kale ecológico es versátil en la cocina y se puede consumir crudo o cocido. Aquí algunas ideas para aprovechar sus nutrientes al máximo:

• Crudo en ensaladas: Al massajear las hojas con un poco de aceite de oliva y limón, el kale se ablanda y su sabor se suaviza.
• Batidos verdes: Combinar kale con frutas como plátano, manzana o piña para obtener un batido rico en nutrientes.
• Salteado: Cocinarlo ligeramente en sartén con ajo, cebolla y un poco de aceite de oliva.
• Chips de kale: Asar las hojas de kale con un toque de sal y aceite hasta que queden crujientes.
• En sopas: Añadir kale al final de la cocción para mantener sus nutrientes.

Para mantener su frescura, es mejor almacenarlo en el refrigerador en una bolsa de tela o papel. El kale fresco se conserva bien durante varios días, aunque es mejor consumirlo lo antes posible para aprovechar al máximo sus nutrientes.