Zumo con las granadas más sabrosas (Valencia)
Un acertado viaje: Mi nombre es Chema y soy el artífice de “La Imperfecta”.
Tras llevar en mente mi proyecto agrícola, todo empezó a tomar forma un soleado día del año 2013 cuando viajé hasta un vivero de Elche, cuna de la granada Mollar, para seleccionar variedades y plantones de granadas, traerlos a mi finca agrícola de Cullera (Valencia), plantarlos y llevarlos adelante bajo las estrictas normas del cultivo ecológico a orillas del mar Mediterráneo.
Por el clima, la tierra y las atenciones que les doy, cosecho cada otoño, unas granadas ecológicas saludables, exquisitas únicas y con una marcada personalidad, de ahí su singular nombre, “La Imperfecta”.
Isla rubí: Esta fruta me inspiró el nombre de la finca por el color de los granados en flor y de sus granos que son. Esos tonos rojos contrastan con el blanco del azahar de los campos de naranjos y pomelos que nos rodean.
Todo un flechazo: En aquel viaje, no sé bien si me eligieron las variedades de granadas a mí o yo a ellas, la verdad. Ha resultado todo un acierto la selección que realicé, así que, al año siguiente planté la variedad Wonderful, la más conocida en todo el mundo, unas granadas intensamente rojas, grandes, de sabor más ácido, preciosas, parecen “modelos”.
¡Al trópico! He plantado, en una pequeña parcela de la finca, unas guayabas para cultivarlas en ecológico para consumo en fresco y para disfrutarlas en mermelada o en casquitos en conserva ¿Por qué guayabas? Por ser tan saludables como las granadas, buen antioxidante y uno de los alimentos más ricos en vitamina C (incluso más que los cítricos) ya que cada 100 gr contienen 228mg de ácido ascórbico.
¿Por qué La Imperfecta y Amara?
“La Imperfecta” porque es una granada perfecta por dentro: gran corazón, preciosos granos, jugosos, grandes, con un piñón inapreciable, dulces y muy sabrosos e imperfecta por fuera: porque el color de su piel depende de la parte del árbol dónde se hayan criado y son muy sensibles al roce de las hojas o ramas, no hay dos iguales,.
“Amara” para nuestras guayabas porque viene del griego, significa “pétalo de flor de luna” y evoca el blanco radiante de la flor de la guayaba.
MI PROYECTO
En Isla rubí, toda granada y guayaba cosechada, tiene una función, por ello nuestro negocio tiene cuatro puntales:
•Cultivo ecológico: Granadas y guayabas, para el consumo en fresco cosechándolas en su punto óptimo de maduración (varios pases por árbol)
•Zumo con valor: Destinamos una parte de la cosecha a la elaboración de nuestro zumo “La Imperfecta”, en cantidades limitadas y, por tanto, revalorizándolo, porque únicamente transformamos nuestras propias “Imperfectas” y Wonderful.
•Otro superalimento: Pequeña producción de mermelada y conserva natural de casquitos pelados de guayaba mediterránea cultivada en Isla rubí.
•Sostenibilidad y respeto al medio ambiente: Elaboramos compost con el resto y los residuos vegetales tras elaborar el zumo, la mermelada y los casquitos.
Tres kilos de granada. Fruta y nada más:
Para cada botella de 750 ml de zumo se han exprimido más de tres kilos de granadas ecológicas, la mayoría de “La Imperfecta” y una pequeña proporción de la variedad Wonderful y nada más, NADA DE NADA. Con él hemos conseguido hacer más accesible el consumo de granada natural y pura durante todo el año no sólo en fresco en temporada otoñal.
Salud por los cuatro costados: Nuestro zumo, de exquisito sabor, va a proporcionar bienestar a quien lo consume gracias a sus múltiples propiedades porque la granada, un superalimento, es rica en antioxidantes, vitaminas y minerales y en antiocianinas además de resultar una fruta depurativa, digestiva, hipocalórica e incluso de contribuir a prevenir ciertas enfermedades.
Lo mismo ocurre con la mermelada y los casquitos de guayaba, singular fruta cargada de propiedades.
Inquiet@s: A nuestra andadura con estas frutas aún le quedan pasos a dar tras las investigaciones que estamos realizando, aún queremos llegar más allá.
EL EQUIPO:
Blanquet 1 y 2, Manuela, abejas, pájaros…, ya se pueden imaginar lo variopinto de nuestro equipo encabezado por los Blanquets y Manuela, los gatos de Isla rubí que se divierten escalando y acariciando los árboles con sus uñas o se dan una feliz cabezadita a su sombra.
Aquí no utilizamos pesticidas de ningún tipo y mantenemos una variada biodiversidad: flores de distintos colores que conquistan a las abejas de Toni, nuestro apicultor de referencia y las encargadas de disfrutar de flor en flor mientras polinizan; hierbas que sirven de abono en verde tras pasar la desbrozadora, tortugas terrestres, parejas de aves de distintas especies y nidos con huevos, mariquitas y otros insectos, verdaderamente todos forman parte del “equipo” junto a Richard, (experto en el cultivo de la guayaba), Artur e Isabel bajo mi dirección, Chema.
Juntos cultivamos los granados y guayabas cuidando mucho los detalles y de forma escrupulosa, sólo utilizamos estiércol, restos vegetales, fermentados como la ortiga y unos aceites aromáticos (romero) que ayudan de forma natural a librarnos del impertinente pulgón en las tiernas hojas de los árboles.
