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Las rosquillas manchegas son un tradicional y delicioso postre español, especialmente populares en la región de Castilla-La Mancha. Este dulce típico es especialmente relevante durante la Semana Santa, pero su sencillez y sabor delicioso lo convierten en un favorito todo el año.
Aunque las rosquillas pueden encontrarse en muchas variantes a lo largo de España, las manchegas tienen características particulares que reflejan la gastronomía local. Estas rosquillas se destacan por su textura esponjosa y un sutil sabor a anís.
Las rosquillas artesanales con azúcar de Dulces San Francisco, son una delicia artesana hecha día a día y con los mejores ingredientes.
Las rosquillas manchegas son muy versátiles y pueden acompañarse de diversas formas, dependiendo del momento del día y tus preferencias personales. Aquí tienes algunas sugerencias para disfrutarlas al máximo:
Estas son solo algunas ideas para que pruebes y descubras tu forma favorita de disfrutar las rosquillas manchegas. ¡Experimenta y encuentra la combinación que más te guste!
Rosquilla frita bañada en azúcar. Elaborada día a día de forma artesanal. Potencia desayunos y meriendas con rosquillas artesanas recién hechas.
Harina de trigo, Azúcar, Aceite de girasol, Huevos frescos, Leche, Conservantes E-200, E-202. Dextrosa, Gasificante, E-500ii, Acidulante E-296, E-330,E-334, Antiaglomerante E-170, Humectante E-442, Almidón de patata, Aroma de limón, naranja y canela
Contiene gluten, huevos y leche. Puede contener trazas de frutos secos.
Tres meses a partir de la fecha de envase.
Mantener en un lugar fresco y seco.
En Marimancha contactamos directamente con los fabricantes de losproductos típicos manchegos. Escogemos siempre los productos con la mayor calidad y prestigio. En este caso, nos aseguramos que losdulces manchegossean de una calidad excepcional. Bien elaboradas y con ingredientes de primera calidad en los obradores y pastelerías de Castilla La Mancha. Para hacer llegar a la puerta de nuestros clientes, lo nuestro, lo mejor de La Mancha al mejor precio.
La preparación de las rosquillas manchegas comienza formando un círculo con la harina sobre una superficie de trabajo y colocando en el centro los ingredientes restantes como las yemas de huevo, azúcar, y granos de anís. Los ingredientes se mezclan hasta obtener una masa homogénea que se deja reposar. Luego, se forman bolas que se trabajan para crear la forma típica de rosquilla con un agujero en el centro. Tradicionalmente, se fríen en abundante aceite hasta dorarse y se terminan espolvoreadas con azúcar, y a veces, canela.