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Recomendación: 10 gr de trufa por persona.
La trufa de verano (Tuber aestivum) es una alternativa a la trufa de invierno para poder seguir disfrutando de este ingrediente durante los meses estivales. Es muy similar a la trufa blanca solo que, al proceder de suelos menos exigentes, también tiene un sabor más suave y delicado.
La temporada de la trufa de verano se sitúa entre mayo y septiembre aproximadamente, aunque los meses en los que encontrarás las mejores de estas trufas son julio y agosto. Cuanto más calor, más calidad tendrán. No obstante, debes saber que, a partir de junio, ya puedes comprar trufa de verano de calidad.
Trufa de verano (Tuber aestivum) Fresca.
Una o varias trufas frescas (Tuber aestivum) recogidas con la ayuda de perros truferos y que llegará a tu casa en 24/48 horas con la máxima frescura y aroma. Todo el proceso desde la recogida hasta la entrega en tu domicilio ha sido controlado por el equipo de especialistas de Trufbox para garantizar la trazabilidad y calidad del producto.
La trufa de verano es aromática, pero su sabor es más suave que el de la trufa blanca (Tuber magnatum). En ese sentido, se parece bastante al sabor de la trufa negra (Tuber melanosporum). El interior de la trufa de verano es carnoso, tiene un olor similar a la malta tostada y su sabor se puede comparar a frutos secos como las avellanas o las nueces. Aportará un aroma ligeramente dulzón a tus platos. También tienen beneficios gracias a sus nutrientes, que son prácticamente los mismos que los de las trufas blancas y las trufas negras. Son ricas en minerales como el fósforo, el potasio y el selenio; de manera que son saludables para el sistema esquelético-muscular y nervioso. No tienen mucho sodio, por lo que contribuyen a mantener la tensión arterial. También aportan vitamina B, especialmente B2 y B3; necesarias para la conversión de nutrientes en energía.
Información Nutricional
Calorías | Grasas totales | Hidratos de Carbono | Proteínas | Sodio | Magnesio | Agua |
---|---|---|---|---|---|---|
82 | 0,5g | 13g | 9g | 77mg | 28mg | 75-90% |
También posee potasio, fósforo, yodo, selenio, hierro, calcio, y azufre. Destaca el contenido en vitamina C y vitaminas B2, B3 y B9.
Conoce los beneficios nutricionales de la trufa >
Cómo conservar la Trufa y cómo congelar Trufa
La trufa a temperatura ambiente corre el riesgo de oxidarse perdiendo sus propiedades por lo que es recomendable refrigerar.
Igual que la trufa negra, es oscura por fuera. Sin embargo, tiene formas más piramidales en su superficie. Por dentro, es de un color más claro, mientras que el interior de la trufa negra es de tono negro violáceo con vetas blancas. Además, la trufa de verano es más carnosa. Su sabor es más suave que la trufa de invierno, de manera que resulta un ligero potenciador del sabor de los platos.
El hábitat en que crecen ambas trufas es prácticamente el mismo: los bosques mediterráneos. Aunque requieran el mismo tipo de suelo y sustrato, la trufa de verano no es tan exigente y crece bien con el calor. Esto hace que encuentres la trufa aestivum con un precio menor.
Conoce más diferencias entre ambas trufas >
Puedes integrar las trufas de verano en las mismas recetas que las trufas negras, aunque recomendamos no mezclarlas con otros ingredientes más fuertes, pues, al tener un sabor más suave, estas perderían su protagonismo.
Así, puedes probarlas simplemente con pan tostado y aceite de oliva virgen extra. Asimismo, es posible añadir algo de trufa laminada a platos de arroz o de pasta. Combinan también perfectamente con las alcachofas, puerro, cardos y borrajas.
Para conseguir un aroma más intenso, puedes colocar los huevos, sin romperlos, en un recipiente cerrado junto a una trufa de verano fresca. Guárdalos en el frigorífico 48 horas antes de consumirlos. La cáscara de huevo es ligeramente porosa, por lo que absorberá el aroma de la trufa.
Prepara los huevos fritos como siempre, pero ponlos sobre un plato caliente una vez fritos y lamina la trufa sobre los huevos. Verás que la trufa cambiará de textura e impregnará los huevos.
Los demás tipos de trufa puedes emplearlos con casi cualquier queso. Sin embargo, la trufa de verano no. Decántate por uno suave, como el Brie o el queso de cabra.
Corta el queso en láminas gruesas y coloca trufa rallada entre dos láminas, como si hicieras bocadillos. Pásalas por huevo batido y luego por pan rallado. Fríelas en aceite muy caliente y luego ponlas sobre papel absorbente para retirar el exceso.
Te recomendamos comprar la carne del carpacho ya lista, así será más segura. Pon 300 gramos de carpacho y añade zumo de medio limón, aceite, sal, pimienta y el ajo picado. Deja macerar 24 horas. Sírvela con 50 gramos lascas de queso Patamulo curado de oveja (o uno similar, como el Grana Padano) y 50 gramos de trufa rallada. Puedes decorar con unos 50 gramos de brotes de cebolla germinados.
Emplea 100 g de espaguetis y 5 g de trufa por persona. Cuece los espaguetis al dente y añade la trufa, queso parmesano rallado, nuez moscada, un hilo de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta al gusto.
Utiliza 400 ml de nata y 5 gramos de trufa por cada 250 gramos de tallarines. Mientras cueces la pasta, calienta la nata con sal hasta que hierva. Entonces, añade la trufa rallada y mantenlo caliente hasta que lo sirvas con la pasta.
Como ves, cocinar con trufa de verano es muy fácil. Seguro que pronto inventarás más recetas con ella y verás que tus salsas para pasta y risottos no serán lo mismo. ¡Disfruta este manjar!