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El tequila 1800 Cristalino es el resultado de 250 años de tradición familiar con 11 generaciones de expertos. Se elabora con 100% agave azul y se cosecha en ranchos familiares. Este tequila se embotella en La Rojeña de Jalisco, México, cuna de todos los tequilas.
El tequila 1800 Cristalino es el resultado de 250 años de tradición familiar con 11 generaciones de expertos. Se elabora con 100% agave azul y se cosecha en ranchos familiares. Este tequila se embotella en La Rojeña de Jalisco, México, cuna de todos los tequilas.
El agave azul madura de forma natural durante 8 -10 años y el tequila se envejece en barricas de roble americano y francés durante 16 meses, tras los cuales pasa otros 6 meses más en barricas de vino de Oporto para conseguir el mejor sabor natural y su característico sabor redondo y suave.
Por último, el proceso de filtrado es muy meticuloso y se hace en una sola vez, por lo que agrega suavidad sin sacrificar su especial sabor y da como resultado una bebida espirituosa con toda la complejidad del tequila añejo y la sedosidad de un plateado.
Color ámbar con destellos dorados.
Aromas de agave, pimiento asado, pimienta negra y especias.
Suave y equilibrado, con notas a ciruela dulce y pimiento asado. Su final es largo, afrutado y dulzón.
El tequila 1800 Cristalino es el resultado de 250 años de tradición familiar con 11 generaciones de expertos. Se elabora con 100% agave azul y se cosecha en ranchos familiares. Este tequila se embotella en La Rojeña de Jalisco, México, cuna de todos los tequilas.
El tequila 1800 Cristalino es el resultado de 250 años de tradición familiar con 11 generaciones de expertos. Se elabora con 100% agave azul y se cosecha en ranchos familiares. Este tequila se embotella en La Rojeña de Jalisco, México, cuna de todos los tequilas.
El agave azul madura de forma natural durante 8 -10 años y el tequila se envejece en barricas de roble americano y francés durante 16 meses, tras los cuales pasa otros 6 meses más en barricas de vino de Oporto para conseguir el mejor sabor natural y su característico sabor redondo y suave.
Por último, el proceso de filtrado es muy meticuloso y se hace en una sola vez, por lo que agrega suavidad sin sacrificar su especial sabor y da como resultado una bebida espirituosa con toda la complejidad del tequila añejo y la sedosidad de un plateado.
Color ámbar con destellos dorados.
Aromas de agave, pimiento asado, pimienta negra y especias.
Suave y equilibrado, con notas a ciruela dulce y pimiento asado. Su final es largo, afrutado y dulzón.