El vino blanco Can Matons Pansa Blanca de la Denominación de Origen Alella es una joya de esta región costera de Cataluña. La Pansa Blanca, es una variedad autóctona que se adapta muy bien al clima mediterráneo de Alella, donde se cultiva en suelos ricos en minerales. Aunque en este caso sus viñas se encuentran en la parte interior de la Denominación, concretamente en el Vallés Oriental, elemento que lo ayuda a no ser un vino no tan cálido y con mucho más recorrido que otros que debido a su proximidad al mar tienen procesos diferentes de maduración.
Ideal para descubrir que dentro de una misma Denominación tan pequeña, como es la DO Alella, una misma variedad se puede expresar de muy distintas formas.
En la copa, este vino presenta un color amarillo pálido con destellos verdosos. En nariz, se destaca por sus aromas intensos y frescos, con notas de frutas blancas como manzana y pera, así como toques cítricos y florales que aportan complejidad.
En boca pero, el Can Matons Pansa Blanca es voluminoso y vibrante, con una acidez bien equilibrada que lo hace muy refrescante. Su sabor es limpio y directo, con un final agradable que evoca la mineralidad del terruño. Si probamos el restante que nos queda en los labios, comprobaremos que tiene mucha salinidad.
Es un vino versátil pero su vez curioso, ya que combina las partes frutales, aromáticas y frescas de la variedad, con un cuerpo voluminoso, gastronómico y salino en boca. Nosotros solemos describirlo como un "afrutado-gastronómico".
Estas características hacen que maride perfectamente con mariscos, pescados, ya sean simplemente a la plancha o con elaborados de maneras más contundentes, como con salsas o a la brasa.
En resumen, el Can Matons Pansa Blanca es un vino que refleja la salinidad y el carácter aromático del terroir de la DO Alella, ofreciendo una experiencia deliciosa y puramente gastronómica ¡Espero que esta descripción te haya ayudado a conocerlo mejor!