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Clos de l’Obac Kyrie 2024 es la gran apuesta blanca de Costers del Siurana, una bodega pionera del Priorat que ha sabido elevar este vino a la categoría de culto.
Se trata de un vino blanco de guarda, elaborado a partir de un meticuloso ensamblaje de variedades históricas: Macabeo, Garnacha Blanca, Pedro Ximénez y Moscatel de Alejandría, procedentes de cepas viejas cultivadas sobre suelos de licorella (pizarra).
El resultado es un vino blanco profundamente gastronómico, con una complejidad y estructura poco comunes, que rompe con los estereotipos del blanco mediterráneo. Kyrie 2024 representa una sinfonía de frescura, elegancia y mineralidad, con un carácter único que refleja fielmente el terroir del Priorat.
Color amarillo dorado pálido, con reflejos verdosos. Brillante, limpio y de lágrima fina.
Aromas intensos y muy expresivos. Notas de fruta blanca madura (pera, manzana asada), cítricos confitados, flores secas, y un marcado fondo mineral de pizarra. Aparecen también matices de frutos secos, miel y suaves notas ahumadas, integradas gracias a su crianza en roble.
Amplio, estructurado y fresco. Excelente equilibrio entre volumen y tensión. La acidez natural mantiene vivo el vino y realza su mineralidad. Final persistente, con recuerdos de fruta de hueso, especias suaves (vainilla, nuez moscada) y notas salinas. Un blanco serio y con personalidad, ideal para envejecer en botella.
Clos de l’Obac Kyrie 2024 es la gran apuesta blanca de Costers del Siurana, una bodega pionera del Priorat que ha sabido elevar este vino a la categoría de culto.
Se trata de un vino blanco de guarda, elaborado a partir de un meticuloso ensamblaje de variedades históricas: Macabeo, Garnacha Blanca, Pedro Ximénez y Moscatel de Alejandría, procedentes de cepas viejas cultivadas sobre suelos de licorella (pizarra).
El resultado es un vino blanco profundamente gastronómico, con una complejidad y estructura poco comunes, que rompe con los estereotipos del blanco mediterráneo. Kyrie 2024 representa una sinfonía de frescura, elegancia y mineralidad, con un carácter único que refleja fielmente el terroir del Priorat.
Color amarillo dorado pálido, con reflejos verdosos. Brillante, limpio y de lágrima fina.
Aromas intensos y muy expresivos. Notas de fruta blanca madura (pera, manzana asada), cítricos confitados, flores secas, y un marcado fondo mineral de pizarra. Aparecen también matices de frutos secos, miel y suaves notas ahumadas, integradas gracias a su crianza en roble.
Amplio, estructurado y fresco. Excelente equilibrio entre volumen y tensión. La acidez natural mantiene vivo el vino y realza su mineralidad. Final persistente, con recuerdos de fruta de hueso, especias suaves (vainilla, nuez moscada) y notas salinas. Un blanco serio y con personalidad, ideal para envejecer en botella.