Más información

Probablemente se estén preguntando qué tiene que ver 'el hombre bala' con el vino. A decir verdad, nosotros también. Pero una vez hayan probado este vino, poco les importará la etiqueta o su nombre. Se quedarán con lo que es: una garnacha de sierra, elegante y profunda. La elabora el equipo de Comando G, gente que entiende de garnacha, especialmente de garnachas de altura, y que realizan una agricultura biodinámica, haciendo lo posible por entender la naturaleza y transmitir el paisaje en cada botella, por ofrecer vinos frescos y elegantes. Este Hombre Bala viste un color cereza de poca intensidad, poco cubierto, como es propio de la variedad, y la lágrima tiene una caída lenta. Los aromas de fruta fresca, bastante madura son intensos, golosos, con notas de pimienta negra en grano y silvestres (de bosque mediterráneo) que le aporta un tremendo frescor, notas balsámicas y un fondo de hierbas aromáticas y ligeramente láctico que le dan un aire de rusticidad muy interesante, entendiendo rusticidad como pureza, autenticidad; el vino es elegante. El vino se elabora con uva de viejos viñedos, vides que están ya muy equilibradas y la sensación de armonía se percibe en todo momento. Además, hay mucha similitud entre aromas y sabores. La entrada en boca es algo astringente al principio (el vino es muy joven todavía), con un volumen medio (sus elaboradores no se caracterizan por elaborar vinos de gran extracción, al contrario, vinos ligeros) pero con un recorrido con nervio, frutoso, y unos taninos presentes aunque domados. Es sabroso, con un fondo suavemente amargoso y unas notas ahumadas en el final. Es una muy buena garnacha en su gama de precio, y un vino tanto de primavera como de otoño. Envejecido durante 10 meses en barricas de roble francés de 400 y 700 L.