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Aunque siempre es delicado y algo confuso lo que se quiere decir por "vino femenino", estamos convencidos de que nos comprenderán inmediatamente si les decimos que este vino, Furvus, es un vino femenino. Los vinos de Vinyes Domènech se caracterizan por la suavidad y la sutilidad, y Furvus no es la excepción: es perfumado, exhibe una mineralidad refinada en nariz, combinada con delicados aromas de frutas rojas, arándanos y ciruelas; es noble y goloso, y sus taninos están presentes pero suavizados y elegantes. Una delicia. Furvus crece en un paisaje de gran belleza, entre dos nobles sierras, la de Llaberia y la del Montalt, con el mar mediterráneo a sus espaldas y el Montsant al norte, y su mediterraneidad es indudable: es cálido y fresco en nariz (algunos perciben notas de piñones, de resina en sus notas... otros de hojas mojadas, aromas de bosque, en definitiva), y cremoso en boca, con una agradable textura que seguramente debe a esa aterciopelada garnacha peluda, y a la suavidad de la merlot y, por supuesto, a un trabajo bien hecho. No se dejen engañar por su tenue color, ese rojo rubí de intensidad media: es un vino completo, profundo, y con un postgusto largo y persistente, dejándonos un final ligeramente avainillado. Se recomienda abrir y decantar media hora antes de degustarlo. Envejecido durante 14 meses en barricas nuevas de roble francés (50%) y americano (50%) de primer y segundo año.