A nivel de micronutrientes, la fabada asturiana es una estupenda fuente de elementos interesantes:
Calcio, magnesio y fósforo para una buena salud ósea, un crecimiento armonioso en niños o una sólida estructura en la vejez. Cada 100 gramos obtenemos 143 mg de calcio, 408 mg de fósforo y 141 mg de magnesio.
Hierro (8,3mg por cada 100 gr de fabas) es ideal para prevenir y tratar la anemia.
Selenio (3,3 mg), cinc (2,9 mg) y fitoesteroles, tiene propiedades antioxidantes, antienvejecimiento y es un buen controlador del colesterol.
Una de las cualidades más importantes de la faba asturiana es su riqueza en fibra (25 gr por cada 100 gr), que le aporta propiedades cardiosaludables por una razón muy interesante: la fibra. Ésta al favorecer el tránsito intestinal impide que el colesterol se absorba en su totalidad por esto llega menos cantidad a nuestras venas y es más saludable. También, esta alta cantidad de fibra tiene propiedades anticancerígenas y protectoras del intestino grueso ya que ayuda a eliminar sustancias tóxicas y metales pesados.