En esta casa de Vilaza han conseguido elaborar blancos muy fieles a la tradición de la zona, en el que las variedades blancas gallegas son las únicas protagonistas. El saber hacer de la familia y unas técnicas de vinificación clásicas y autóctonas hacen el resto.Este vino toma su nombre de un bosque muy cercano a la bodega frecuentado habitualmente por cuervos. Se trata de un monovarietal de Godello, uva reina en Monterrei, y descansa durante 7 meses con sus lías finas a fin de ganar complejidad. Así, encontramos un blanco muy fragante, con notas aromáticas herbáceas, de frutas como manzanas y cítricos y también apuntes florales como jazmín y mimosa. En boca es untuoso y envolvente a la par que fresco, glicérico y largo.