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Con Els Amelers de Lafou Celler llega siempre la primavera, finura, fragancia, nervio y frescura. Es una macedonia de frutas y flores blancas, un placer olerlo: abierto, aromático, nítido y sobre todo refrescante. Si algo distingue este vino, es su particular ligereza, fragancia, su frescor. La bodega no escatima mimos en su elaboración, todo para conseguir un vino complejo, austero pero refinado. Para empezar, se elabora exclusivamente con garnacha blanca de viejos viñedos, una parte de los cuales plantados con orientación oeste, en la Terra Alta, donde el clima mediterráneo tiene influencias continentales, con grandes contrastes térmicos, y las uvas son recolectadas en distintos momentos para reunir una mayor diversidad de aromas y sabores. Durante su crianza, se realiza un trabajo de lías pero sin abusar, con el cual consiguen una delicada untuosidad; y además, un 10% del vino reposa en barricas de tostado ligero durante sólo cuatro meses, consiguiendo así una mayor complejidad y estructura, y alargando la vida del vino. Els Amelers casi no tiene color, un amarillo muy pálido pero luminoso. En nariz seduce con sus flores blancas (jazmín), su complejidad frutal (desde cítricas manzanas verdes a frutas más carnosas y dulces, como la pera o el melocotón paraguayo), sus notas anisadas, de hinojo y de almendras y nueces tiernas, y su mineralidad. Es una garnacha blanca fresca, refrescante y se mantiene fresca en copa y en botella. Un consejo, no lo sirvan demasiado frío, lleva el frescor en si mismo. Y disfrútenlo durante tiempo, es un pequeño blanco con larga vida, una garnacha blanca con todas las letras y un triple acento: mineralidad, frescor y fragancia. Criado parcialmente (10%) durante 4 meses en barricas de 300 litros de roble de tostado muy ligero.