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El vino blanco Mar de Frades Finca Monteveiga es un excelente monovarietal Albariño de la DO Rías Baixas.
El vino blanco Mar de Frades Finca Monteveiga es un excelente monovarietal Albariño de la DO Rías Baixas.
La Finca Monteveiga proviene de un viñedo ubicado a 160 metros sobre el nivel del mar en la zona de Ribera del Ulla, la más septentrional y distante de la costa dentro de la denominación de origen Rías Baixas.
Los viñedos de albariño, plantados en 2003, se cultivan en espalderas altas, con rendimientos bajos y prácticas agrícolas menos intensivas. Gracias a un suelo con menos contenido de granito, predominantemente compuesto por esquistos, una altitud más elevada y variaciones térmicas más marcadas, se logran vinos frescos, refinados y con potencial de envejecimiento.
La cosecha se realiza en cajas planas, cuidadosamente seleccionando y cortando los racimos a mano. Posteriormente, se transportan en camiones frigoríficos a la bodega, donde se colocan en mesas de selección y se trasladan a la prensa cerrada para obtener el mosto flor.
La maceración del mosto flor con sus lías se lleva a cabo en depósitos ganímedes durante 5 días a 4ºC, protegiendo el mosto con CO2 y sin añadir sulfitos. Después de 48 horas de decantación natural, se obtiene el mosto limpio de lías, que se fermenta en depósitos de acero inoxidable con levaduras autóctonas durante 21 días a 16ºC. Una vez completada la fermentación, comienza el periodo de reposo sobre las lías.
Este vino ofrece una experiencia sensorial extraordinariamente compleja, destacando por su profunda diversidad aromática. Se trata de un blanco que exhibe el potencial de longevidad característico de la variedad albariño, manifestando su origen salino y aromático de una manera única, especialmente enriquecida por sus 15 meses de crianza sobre lías.
En cuanto a su aspecto visual, presenta un atractivo color limón con destellos acerados que denotan su frescura y vitalidad. En nariz, despliega una intensidad aromática notable, donde se entrelazan notas de fruta madura, frescor de menta y la frescura herbal del eucalipto, creando una sinfonía de fragancias que invitan a explorar cada matiz.
En boca, se revela un vino delicado y envolvente, con una estructura perfectamente equilibrada. Su acidez, integrada de manera magistral, realza la vivacidad de los sabores y proporciona una sensación de frescura en cada sorbo. El final es sabroso y prolongado, dejando una huella memorable en el paladar que invita a seguir disfrutando de cada momento.