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El proyecto que la familia Antinori inició en Puglia a finales de los 90 es en la actualidad uno de los nombres más celebrados de esta denominación. Gracias a la bodega Tormaresca han sido redescubiertas y revalorizadas las antiguas variedades autóctonas de esta región y los vinos de Apulia han disfrutado de un renacimiento que tiene mucho que ver con el abandono de las grandes producciones en pro de la calidad. Los valores que sustentan el éxito de Tormaresca no son otros que los que la familia Antinori lleva representando desde hace 26 generaciones: el vínculo con el territorio, el respeto a la tradición y a la historia y la apuesta clara por la innovación. En 1998, cuando los Antinori desembarcaron en Puglia, se hicieron con la propiedad de las fincas Bocca di Luppo, en Murge, y Masseria Maime, en Salento, ambas con unos suelos muy óptimos para el cultivo de la vid, pero con una carencia total de estructuras y procedimientos orientados a la producción de calidad. Los Antinori, junto al enólogo de fama mundial Renzo Cotarella, no dudaron en construir un nuevo y moderno edificio que conjuga la tradición, el respeto por el medio ambiente y la innovación. Calafuria es un rosado expresivo procedente de viñedos de la variedad negroamaro que crecen cercanos al mar. Vendimiadas y seleccionadas a mano, una vez en la bodega las uvas son prensadas suavemente, siguiendo un escrupuloso control de la temperatura durante todos los procesos con el fin de conservar todos sus aromas primarios. Apenas acercamos la nariz a la copa podemos percibir sus deliciosos aromas frutales (frambuesa, fresa, cereza), combinados con otras dulces notas florales de rosa y glicinia, y otras de tamarindo y ralladura de naranja. Un rosado de bouquet limpio y vibrante que una vez en boca se muestra fresco y sabroso, frutal y salino. Un vino ideal para acompañar una comida veraniega a base de pescado.