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Dominio de Valdepusa fue el primer pago español reconocido como Denominación de Origen propia y su cabernet sauvignon el vino que empezó a forjar la leyenda. Fue la primera uva que plantó Carlos Falcó, Marqués de Griñón, cuando el varietal no gozaba de la popularidad actual en España. El señor Falcó viajó a Francia en busca de los mejores clones de cabernet sauvignon y los plantó en su finca toledana, convirtiéndose así en un auténtico pionero en el trabajo con dicha uva en España. Pero no fue esa la única innovación, ya en 1974 introdujo el riego por goteo, para evitar sobremaduraciones y asegurar el equilibrio de las uvas, y en 1994 importó el sistema de conducción de doble pantalla que favorece la aireación y maduración de las uvas. Marqués de Griñón Cabernet Sauvignon es un vino señorial, noble. Carácter, carácter y más carácter es lo que desprende por los cuatro costados. La lágrima es muy densa y la capa oscura, opaca. La nariz conquista desde el inicio, lanzando multitud de mensajes que cuesta descifrar. Todo está perfectamente ensamblado en un mensaje complejo pero armónico. Recuerdos a maltas tostadas, a cerveza porter, a cacao, incluso a after-eight. Licor de café, mina de lápiz, fruta negra muy madura y un sorprendente aroma a anchoas que parece derivar de las plantas que rodean la finca. Ancho y largo, profundo y envolvente. Pesa pero fluye, impacta y parece no tener fin. Sin duda alguna, uno de los mejores cabernet sauvignon de España. Envejecido durante 12-15 meses en barricas nuevas de roble francés.