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La pinot noir es una uva frágil y algo esquiva, no siempre fácil de cultivar. Es una uva muy noble pero requiere unas condiciones climáticas muy particulares. Es la reina en la Borgoña pero también podemos encontrarla bien adaptada en otras zonas de latitud más sureña, donde ofrece muy buenos vinos en parcelas de altitud o viñedos con una situación muy privilegiada. Ahora bien, hay que catarlos con otros ojos, no buscar en ellos un vino de Borgoña. Si tienen ocasión, no se pierdan el que elabora Cortijo Los Aguilares en la serranía de Ronda, a 900 m de altitud, o el de Raül Bobet en Castell d'Encús, a unos 1000 m de altitud en tierras pirenaicas, o este Vinya des Moré, en Mallorca. Miquel Gelabert es un viticultor apasionado de su tierra, defiende las variedades autóctonas, por su singularidad y por el legado cultural que transmiten, pero ha sido también de los pioneros en la introducción de uvas foráneas en el viñedo de la isla. Inquieto, es un hombre a quien gusta experimentar y sorprender al consumidor con vinos llenos de carácter. Entre la treintena de variedades de uva que cultiva se encuentra también la pinot noir, con la que elabora este noble vino, Vinya des Moré. Vinya des Morè es un pinot noir mediterráneo, serio y refinado como los que encontramos más al norte. Es también un buen vino de guarda, con un tanino presente, algo seco en los primeros años, pero amable, bien compensado con la jugosidad de la fruta, moras y ciruelas maduras. Es un vino para sorprender y complacer, no para impresionar, con notas terrosas, un paso por boca fresco, en el que se descubre un fondo floral y de maderas nobles. Un vino para disfrutar en la mesa, sin prisas. Envejecido durante 12 meses en barricas de roble francés. Posterior reposo en botella.