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Los orígenes de la uva en la comarca de Nieva se remontan al siglo XII; fueron los monjes cartujanos quienes comenzaron la comercialización de los vinos. Bodegas y Viñedos Nieva nace con la voluntad de reavivar la llama de aquellos tiempos remotos. Aquí, muy cerca de Segovia, en un terruño excepcional a más de 850 msnm, las uvas de verdejo crecen en suelos arenosos y de cantos rodados y aprovechan los fuertes contrastes térmicos de la zona para concentrar aromas y ofrecer un nivel de elegancia nada habitual. Fueron precisamente la composición arenosa del suelo y las crudas condiciones climáticas las que permitieron que las vides sobrevivieran a la filoxera, de ahí el nombre del vino, pie franco. Las producciones de estas cepas centenarias son muy escasas, pero la calidad y complejidad de sus vinos justifica el esfuerzo. El fruto de todo este trabajo culmina en un monovarietal de verdejo que muestra muy a las claras todas las virtudes del varietal y prácticamente ninguno de sus defectos. Este vino parece querer hundir nuestras narices en la tierra, entre las raíces de las plantas, respirando historia y esencia. Las sobremaduraciones y los aromas altisonantes a frutas tropicales no tienen cabida; estamos ante un verdejo puro, nítido, que exhibe todo el carácter de la uva verdejo sin tretas ni argucias. Huele a lo que debe oler un gran verdejo: a verde, a hierba, a cítricos y fruta de hueso; a tierra, a piedras. En boca es denso y carnoso, y, si bien es cierto que se percibe algún destello de dulzor, la acidez lo contrarresta a la perfección. Su despedida cumple también con los cánones del varietal, viéndose dominada por contenidos y elegantes toques amargos.