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La filosofía de producción de la empresa se centra en un objetivo: la calidad. Por lo tanto, cada elección adquiere una importancia extrema e implica una atención absoluta al detalle. En ninguna etapa del proceso de producción se permiten atajos: esta es nuestra forma de trabajar y así es como podemos obtener las mejores uvas de acuerdo a las características climáticas de cada año. Durante la fase de cosecha, el análisis y la evidencia empírica nos permiten seleccionar cuidadosamente los racimos que se cosecharán. La cata de la uva permite evaluar mejor la maduración de los taninos y el equilibrio de los racimos, establecer el mejor momento para la cosecha y la técnica de vinificación para las uvas de cada parcela. Sometemos a las uvas a una doble selección: una primera tabla de clasificación para la verificación de calidad, y luego una segunda comprobación para eliminar cualquier vegetación residual. Las uvas de cada cru fermentan por separado, ya que cada vino base contribuye a la creación de la mezcla final, en virtud de las condiciones específicas del viñedo de origen: combinación de suelo, exposición climática y tipo de vid natural. Solo después de un año de envejecimiento en barrica, los vinos base se ensamblan de acuerdo con los dos criterios principales: la expresión de la elegancia inherente al espíritu de Ornellaia y al estilo de la añada.