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Negre de Negres es, en esencia, un vino de garnacha, de garnachas mediterráneas, pero también un armonioso mestizaje de distintas variedades: garnachas principalmente (50%), cariñena (30%), syrah (20%) y cabernet franc (de ahí su nombre, un 'tinto de tintos'), que lleva la firma inconfundible de Alfredo Arribas: calidad, serenidad y equilibrio. Para la elaboración de Negre de Negres se seleccionan los racimos que maduran más tempranamente, en la finca de Clos del Portal, reservando para Somni, otro de los vinos de la bodega, los granos de más concentración. La vinificación se realiza tal y como gusta a Alfredo, con una corta maceración, poca extracción y una crianza respetuosa. El resultado, lo encontramos en la copa: un vino armónico y redondo, con un gran frescor, que hace que se beba con gran facilidad y placer. Aromáticamente es un vino complejo, abierto y franco. En un primer instante seduce con un dulzor oculto y unos aromas muy jugosos de frutas maduras casi de mermelada, frutas rojas y negras, pero el conjunto es pronto dominado por notas más cítricas (y más propias de la garnacha), por la fragancia de plantas como el tomillo, el romero o la lavanda, y la inconfundible mineralidad prioratina. En boca es sedoso y elegante, maduro y carnoso, balsámico (con esas notas de lavanda, de eucalipto y de romero todavía más presentes en boca), intenso, potente y con una fruta viva que casi se mastica. Un zumo de frutas que, con los ojos cerrados, nos hará sentirnos paseando entre los viñedos, respirando el frescor de ese paisaje mediterráneo y percibiendo la calidez de esa tierra seca y rigurosa. Gracias, Alfredo.