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Aldo Rainoldi Sassella es una pequeña joya de la Valtellina. Un vino que de entrada parece humilde, discreto, pero que en realidad esconde un preciosa obra de arte. No es un vino exuberante pero sí profundo, y alberga algo de sabiduría y de misterio. Como sabias y misteriosas son las uvas de nebbiolo que crecen en esta zona alpina, la más septentrional donde podemos encontrar esta variedad. Aun conscientes de la poca coloración de las uvas de nebbiolo, los tonos anaranjados de este vino todavía sorprenden, un color muy evolucionado, de vino maduro. En nariz se muestra algo reticente al principio, al poco rato cambiante, hasta que se revela por completo. La fruta, roja, es muy madura, aromas de fresas y cerezas envueltas de un perfume de flores y mentolados, de toques lácticos, de cueros, de piel de naranja y también de otras frutas blancas muy jugosas. Es un vino realmente jugoso y se bebe con una facilidad tremenda. No subestimen su aparente ligereza de cuerpo y suavidad, porque tiene nervio y una buena estructura fibrosa. Amable y con una acidez muy definida, invita a seguir bebiendo, dejando una sensación de rusticidad muy elegante sobre el paladar, sabores de tierra húmeda e infusión de hierbas que nos recuerdan a un paseo por el bosque en otoño, mezclados con aromas polvorientos como si de un libro antiguo se tratara, con sus hojas amarillentas también por el paso de tiempo. Cojan su copa y lean todos los secretos de esta deliciosa Valtellina.