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Regnard Pic 1er 265ème es un vino blanco de Borgoña que destaca por su elegancia clásica y la expresión precisa de su origen.
Elaborado por la prestigiosa Maison Regnard, este vino celebra su edición 265ème, un hito que refleja la larga tradición, la experiencia acumulada y la continuidad histórica de una de las casas más reconocidas de la región. Esta distinción subraya su compromiso con la calidad, el respeto por el terruño y la elaboración de blancos que combinan frescura, equilibrio y carácter mineral. Su estilo refinado y su marcada identidad lo convierten en una referencia imprescindible dentro de los grandes vinos de Borgoña.
A la vista presenta un color amarillo pálido con reflejos dorados, limpio y brillante.
En nariz ofrece aromas intensos de fruta blanca, notas cítricas y toques florales, acompañados de un fondo mineral característico de los mejores blancos de la región.
En boca es fresco, equilibrado y envolvente, con una textura sedosa, una acidez bien integrada y un perfil marcado por manzana, pera, limón y sutiles matices de piedra húmeda. Su final es largo, elegante y persistente, reforzando la sensación de pureza y finura que define esta edición 265ème y su destacada personalidad borgoñona.
Regnard Pic 1er 265ème es un vino blanco de Borgoña que destaca por su elegancia clásica y la expresión precisa de su origen.
Elaborado por la prestigiosa Maison Regnard, este vino celebra su edición 265ème, un hito que refleja la larga tradición, la experiencia acumulada y la continuidad histórica de una de las casas más reconocidas de la región. Esta distinción subraya su compromiso con la calidad, el respeto por el terruño y la elaboración de blancos que combinan frescura, equilibrio y carácter mineral. Su estilo refinado y su marcada identidad lo convierten en una referencia imprescindible dentro de los grandes vinos de Borgoña.
A la vista presenta un color amarillo pálido con reflejos dorados, limpio y brillante.
En nariz ofrece aromas intensos de fruta blanca, notas cítricas y toques florales, acompañados de un fondo mineral característico de los mejores blancos de la región.
En boca es fresco, equilibrado y envolvente, con una textura sedosa, una acidez bien integrada y un perfil marcado por manzana, pera, limón y sutiles matices de piedra húmeda. Su final es largo, elegante y persistente, reforzando la sensación de pureza y finura que define esta edición 265ème y su destacada personalidad borgoñona.