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El reserva fue el primer vino que Fernando Remírez sacó al mercado y desde entonces se ha mantenido con regularidad en su excelente línea de calidad. Como todos los vinos de la bodega, su elaboración cuida hasta el último detalle, desde la viña hasta la selección de los corchos. Y el resultado queda patente en este complejo y armonioso vino de gran personalidad que tan bien refleja el terruño del que proviene. En definitiva, un gran vino que sin duda hará las delicias de los más exigentes. En su elaboración se emplean uvas mayoritariamente de la variedad tempranillo con un pequeño aporte de graciano (5%) más un 5% de pieles de viura y malvasía que suman fragantes destellos de elegancia. Las uvas de las cepas de más de 60 años de edad se vendimian, por supuesto, a mano, en cajas de 12 kg y se refrigeran a su llegada a bodega. Después, sólo los mejores granos de los hombros de los racimos pasarán la exigente prueba de la mesa de selección, hecho que les permitirá formar parte de la fermentación. Dicho proceso tiene lugar, de manera combinada, en pequeños tanques de acero inoxidable y en tinas de roble francés de 7000 litros; la posterior fermentación maloláctica sucederá en barrica nueva, así como su crianza de 26 meses. Su aromática es encantadora, sensual. Las notas de cerezas en licor combinadas con los recuerdos a confitura de fresa y los reconfortantes aromas avainillados de la bota dibujan una nariz pletórica. En boca es de cuerpo medio, de taninos finos y dulces y equilibrio perfecto. La madera se percibe claramente, pero sin desdibujar la pureza de la fruta. Un destello de piel de naranja y salsa de soja asoma en su final añadiendo aún más complejidad a un vino de extrema nobleza. Para la crianza sólo se emplean barricas nuevas, con alto aporte tánico.
Climatología del viñedo: Atlantico con influencia mediterránea.
Suelo del viñedo: Arcilloso-calcáreo.
Antigüedad del viñedo: 1958.