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La Compañía de Vinos de Telmo Rodríguez es conocida por elaborar vinos únicamente con variedades autóctonas, por recuperar viñedos olvidados (como sus proyectos en Málaga o Cebreros) y por defender la tradición, la herencia del pasado, con vinos amables, fáciles de beber y, su inmensa mayoría, de precio muy asequible. Con Corriente nos ofrece su versión del tradicional vino para cada día, reivindicando el vino como alimento cotidiano y defendiendo el vino local, del pueblo. ('Corriente' es cómo se llamaba en La Rioja del s. XIX al vino diario.) En carácter, Corriente es algo rústico, pero expresivo y de calidad, bien hecho. Su color es picota, con un ribete algo terroso, seguramente debido a la garnacha; en su elaboración participan tres de las variedades autóctonas riojanas: tempranillo, garnacha y graciano, de viticultores de Lanciego, y en la crianza se utilizan fudres y barricas usadas tanto de roble americano como francés. Recién abierto se perciben algunas notas vegetales, que pronto se integran en el conjunto, y sin ser muy intenso ofrece buena fruta (roja), aunque contenida, por unas notas muy refrescantes de pimienta negra y laurel, sensaciones polvorientas, unas notas dulces de regaliz negro y un fondo de cremoso café muy suave; le sobresale una punta alcohólica al principio, que avala su rusticidad. Conviene abrirlo una hora antes, descórchenlo y déjenlo sobre la mesa, mientras preparan la comida, y verán cómo se aserena. En boca es fresco, bastante seco pero también jugoso, de cuerpo ligero, agradable y fácil de beber, con un fondo amargoso muy muy sutil que alarga su persistencia, sin molestar. Otro vino honesto para tener siempre a mano; y si no lo terminan al final de la comida o cena, ciérrenlo con su mismo corcho, manténgalo en un lugar fresco y verán como al día siguiente lo siguen disfrutando, es de calidad y tiene una buena acidez. Fermentado en tanques de cemento y acero inoxidable. Envejecido en barricas y fudres usados de roble francés y americano de diferentes edades.