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Siempre es un placer descubrir nuevos vinos con esta variedad tan diversa y tan rica, descubrir con ella nuevos paisajes. Sobre todo, cuando están elaborados de forma honesta, como este Corral de los Altos. El proyecto de Viña Zorzal es de aquellos proyectos que se agradecen siempre: vinos de calidad a precios asequibles, una imagen moderna y un trabajo de recuperación de variedades autóctonas y de viejos viñedos que aúnan tradición y modernidad y preservan el entorno. En esta ocasión, en Navarra, otra de las grandes tierras de garnachas, y el lugar, ideal: la parcela norte del paraje Corral de los Altos, unos viñedos de más de 40 años de edad, plantados sobre suelos pedregosos, entre la sierra de Carneros y la cuenca del río Ebro, donde el cierzo sopla con vigor. Aquí la uva madura lentamente, preservando su frescor natural y absorbiendo los aromas de las plantas que crecen a su alrededor, una flora que los hermanos Sanz trabajan por proteger y recuperar. Y aquí nace este vino: una garnacha refinada, femenina, que se deshace sobre la lengua; una garnacha frutosa, de ciruelas y fruta roja, con un delicado perfume de flores silvestres y algunas notas lácticas, de carne asada y de panadería muy sutiles. En boca es vibrante, con nervio, con ese mismo carácter frutoso percibido en nariz, ligeramente terroso, con los taninos muy pulidos, muy amable y goloso. Una garnacha navarra muy bien hecha, honesta. Otro fantástico vino de Viña Zorzal. Envejecido durante 9 meses en barricas de roble francés de dos años.