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Malayeto es un vino lleno de vida, con mucha fruta, una garnacha muy bien extraída y elaborada, jugosa, profunda y elegante, como su presentación; una etiqueta muy acertada, por cierto. Se elabora con uvas de unas garnachas viejas, plantadas en vaso en la finca del mismo nombre, Finca Malayeto, con sólo 2,39 ha, en el término de Fitero, en la Ribera Baja, una de las subzonas de la denominación de Navarra, de clima continental; aquí, la influencia del Mediterráneo ya ha desaparecido. Se trata de uno de los viñedos más antiguos de Navarra, donde las cepas perviven gracias a sus profundas raíces sobre unos suelos pedregosos que retienen la humedad de la lluvia y el calor del día, y en los que encontramos yesos, arcillas, calizas e incluso basaltos de origen volcánico. En nariz, Malayeto es abierto y expresivo; se muestra natural, sin maquillaje; lo que diríamos un vino auténtico. Destacan en él los aromas de fruta fresca, fresas maduras, casi de mermelada, con un fondo azucarado habitual en las garnachas y unas notas minerales pero también silvestres (de bosque mediterráneo), balsámicas y de finas maderas, incluso sensaciones florales y de frutas jugosas y crujientes como de peras maduras, que confirman que se trata de un vino muy completo. Frutoso, serio, complejo y equilibrado en nariz; intenso y bastante concentrado en boca pero con brío, con una acidez que hace que la carga frutal se deslice con facilidad por todo el paladar. Un vino carnoso y muy bien hecho. Envejecido durante 9 meses en barricas seminuevas de roble francés de 225 litros.