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Del mismo modo que muchas de las cosas más importantes que nos confesamos se susurran, algunos de los mejores vinos del mundo se cuentan en voz baja. Quizás fuera ésta la idea que inspiró a Carlos Mazo e Isabel Ruiz a poner en marcha este pequeño proyecto en la Rioja Baja, el rincón más silenciado de toda la denominación. Su tinto Costumbres es un vino que pretende mirar atrás, a los años en los que las viñas desprendían vida a borbotones, tiempos en los que los químicos no participaban del cultivo y las uvas se expresaban con naturalidad. Los aromas de cerezas frescas y una acidez vibrante se combinan con un centro maduro y algo rústico en el que afloran los recuerdos de tierra y raspón. Tras un tiempo en la copa asoman nuevos recuerdos de olivas negras, finos balsámicos y sotobosque. Las maderas usadas empleadas en su fermentación y crianza se intuyen, pero no entorpecen la fruta, apenas suman ligeros tonos tostados al conjunto. En boca es amable y expresivo a la par, con la fruta roja como actriz principal y el frescor como su mejor virtud. Su final, marcado por las violetas y una indescriptible aura silvestre parece reclamar en voz baja, un mayor protagonismo para la Rioja Baja y para sus maravillosas garnachas mediterráneas.