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La contribución de la civilización griega a la vitivinicultura italiana fue, como es bien sabido, bastante superior a la de la civilización romana, tanto es así que buena parte de las variedades del sur de Italia, y más allá, son de origen helénico. No es el caso de las variedades gaglioppo o magliocco, antíquisimas uvas nativas de Calabria, pero es indudable que Cirò y Crotona guardan en sus vestigios el paso de la civilización griega por Italia. En una Calabria que todavía tiene mucho que recorrer en su camino a la excelencia enológica, Cirò y Librandi son nombres de referencia en la región gracias a su calidad. Cirò, una localidad de paisaje mediterráneo, localizada en las colinas que asoman al Mar Jónico, de suelos ricos en calizas y arcillas, es sin duda la denominación más representativa de Calabria. Una tierra con vocación de vinos tintos de gran intensidad, pero bien estructurados, y vinos rosados de gran versatilidad. Pero ésta es también una tierra de blancos amables y joviales que en Librandi interpretan a la perfección. Un tinto original y para cada día, elaborado con la variedad gaglioppo en pureza, el Cirò de Librandi se revela de un color rubí intenso con reflejos granate. En nariz se presenta intrigante e intenso, con notas de mermelada de frutos rojos, hierbas aromáticas y notas minerales. En boca se confirma estructurado e interesante, de generosa frescura y buen cuerpo, con un final largo y convincente que insiste en sus notas olfativas. Un perfil inmediato e invitante que se beneficia de un ligero afinamiento en acero y en botella. Según la guía "Vini d'Italia 2017" de la publicación L'Espresso, una de las revistas más independientes y con mayor autoridad en Italia, se encuentra entre los 100 mejores vinos por su excelente relación calidad-precio.