En el anterior post te hemos hablado sobre los dulces más típicos para comer en Semana Santa. Si pensabas que nos habíamos olvidado del más importante, atento al siguiente artículo. Te contamos todas las curiosidades y la receta más fácil para hacer torrijas.
Las torrijas son sin duda el dulce por excelencia de la Semana Santa. En España estos dulces son una tradición culinaria con muchísimos años de antigüedad. Hoy en día, muchas familias siguen disfrutando del placer de prepararlas todos juntos y de comerlas después.
Y sí, tienen mucho azúcar, muchas calorías y no son el postre más sano del mundo. Pero probablemente sea uno de los más ricos. Como dice el dicho popular… «una vez al año, no hace daño».
El origen de las torrijas
Fuente: el comidista.
Las torrijas son uno de los dulces más antiguos, debido a su sencillez en la elaboración y a sus ingredientes básicos. En el libro «De re coquinaria» que data del Siglo IV y está atribuido a Marco Gavio Apicio (Roma), aparecen dos recetas muy similares al modo de preparación de torrijas actual.
En un principio, las torrijas se elaboraban con miel para endulzar ya el azúcar fue introducido más tarde por los árabes en la península. De hecho, no es hasta el siglo XIX que el azúcar se convierte en un alimento popular, pues antes se consideraba un producto lujoso, apto solo para las clases altas que podían permitírselo.
En el Siglo XVI el porcentaje de vacas lecheras era mínimo. Además la poca leche que producían se utilizaba para alimentar a los terneros. Por lo que ni la leche, ni las torrijas era un elemento en abundancia. Se reservaban para las mujeres en periodo de lactancia, ya que como se suele decir, «de lo que se come se cría». De hecho, las torrijas se utilizaban como alimento de celebración después de los partos, si tanto la madre como el bebé estaban sanos.
Algunos escritos, nombran a estos dulces como «revanadas de parida». Palabras en ladino (lengua romance judía) que indican que las torrijas se consumían antes de la expulsión de los judíos en 1492. De hecho, Juan del Encina es el primer autor en mencionar la palabra «torrijas» en su cancionero de 1496.
Sin embargo, torrija apareció por primera vez en los diccionarios en 1591, y significaba «trozo de pan». En 1705 se definen como «rebanadas de pan fritas y untadas en miel que dan a las mujeres paridas en España».
¿Y por qué se consumen en Semana Santa?
Por casualidad convertida en tradición. Cuando los ingredientes pasaron a ser algo popular en vez de elementos de clase alta, se popularizó el consumo y la receta fácil de las torrijas. Todos los ingredientes con los que se elaboran las torrijas son aptos para a abstiencia propia de la Cuaresma, por lo que es a partir de mediados del siglo XIX «cuando empezaron a vincularse con los menús de vigilia junto a otros postres como el arroz con leche, las natillas y los buñuelos» (El Comidista).
Además de en Semana Santa, en algunos lugares se consumen torrijas por Navidad como en Cantabria, o por Carnaval, como en el País Vasco. Y es que hay tantas variedades como lugares hay en España. Por ejemplo podemos encontrar torrijas castellanas, torradas gallegas, tostadas cántabras, vascas o torrades de Santa Teresa catalanas.
La receta más fácil para hacer torrijas
Para elaborar este rico dulce necesitaremos: 8 rebanadas de pan para torrijas, que en esta época puedes encontrar en cualquier panadería, o en su defecto, 8 rebanadas de pan duro (pan de dos días aproximadamente), dos huevos, 300 mililitros de leche, 80 gramos de azúcar, canela en rama y en polvo, la corteza de un limón y azúcar para espolvorear en el paso final.
Como ves, los ingredientes son fáciles de encontrar, normalmente contamos con ellos en nuestra despensa durante todo el año. La preparación es aún más fácil, manos a la obra.
Primero se mezclan los 80 gramos de azúcar con los 300 mililitros de leche. Se le añade la canela en rama y la corteza del limón para que la leche coja el sabor. Si nos paramos en este paso, tendríamos una leche merengada deliciosa.
A continuación se extrae la miga de las rebanadas de pan y se parte en trozos. Ayúdate de un cuchillo para retirar la corteza, pues el pan estará duro. Se remoja el pan en la leche durante 15 minutos, dejando que se empape por todas sus partes. Pasado el tiempo, se pasan las rebanadas por un huevo batido y se echan a una sartén con abundante aceite. Se fríen bien, y cuando ya estén doradas se ponen en un plato para escurrir el sobrante de aceite. Por ultimo se rebozan en azúcar y canela en polvo al gusto.
Si te ha gustado esta receta, no dudes en compartirla. En mentta puedes hacerte con todos los ingredientes que necesitas para poner en práctica esta receta fácil de torrijas. Entra y descubre todas las posibilidades.
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