Dulces típicos de Semana Santa

Se acerca la Semana Santa, que no es solo una fiesta religiosa. Esta semana litúrgica después de la cuaresma que comienza con el Domingo de Ramos y finaliza con el de Resurrección, es tiempo de vacaciones, de estar con la familia, de tradición, de cultura, y sobre todo… de comer. En este post te contamos los dulces más típicos de Semana Santa.

En algunos lugares la viven con entusiasmo y tradición, para otros es simplemente un periodo de vacaciones. De lo que no hay duda es de que la Semana Santa levanta pasiones, sobre todo entre los amantes de la comida y de lo dulce. La Semana Santa es tiempo de comer y sí, también de engordar. Hay que tomárselo como un parón en la operación bikini, pues los dulces y demás alimentos típicos de estas fiestas suelen estar repletos de azúcares y grasas. En resumen, toda una oda a las calorías, o mejor dicho, una saeta.

Dulces típicos de Semana Santa

La variedad de los dulces típicos de Semana Santa es muy amplia, ya que dependiendo del lugar, comunidad autónoma o provincia, es tradición elaborar unos postres u otros. A continuación te contamos algunos, con su historia y curiosidades.

• Monas de Pascua

La mona de pascua es un bollo típico de Semana Santa que se elabora con huevo, harina, azúcar y sal. Según iHistoriArte, la palabra mona viene del árabe «munna», que significa provisión de boca y que era el regalo que los moriscos hacían a sus señores en esta época. Afirman además que es sinónimo de fertilidad, esperanza y renacimiento. En algunos lugares es tradición que madrinas y padrinos le entreguen una mona a su ahijado el Lunes de Pascua.

Su elaboración es algo tediosa. Hay que tener paciencia para dejar fermentar la masa y hornearla. Por ello te recomendamos que las compres ya preparadas. El bollo o masa, tiene un agujero en el centro en el que se añade un huevo duro. Sin embargo, recientemente también se ha optado por cambiarlo por huevos de chocolate. La tradición dice que el huevo duro debe abrirse chocándolo contra la frente de otra persona.

Son muy típicas en la mitad este de la península: Aragón, Cataluña, Castilla-La Mancha, Valencia y Murcia. Cada lugar le aporta su toque diferenciador, por ejemplo en Menorca se cubren las monas con merengue. Uno de los lugares más famosos donde se elabora esta receta tan tradicional es Alberique, un municipio de la provincia de Valencia. Sin embargo, algunas fuentes afirman que su origen se sitúa en Rusia, donde los mojes ortodoxos celebran la Pascua de forma muy tradicional, comenzando el primer viernes de la primera luna de primavera.

• Rosquillas o Rollos fritos

Las rosquillas son probablemente uno de los dulces más típicos de Semana Santa en regiones como Madrid. También son muy populares durante la festividad de San Isidro, patrón de la capital. Su masa esponjosa cubierta de azúcar hace que se convierta en uno de los dulces preferidos de los niños. Se elabora con diferentes tipos de masas, unas más esponjosas y otras más hojaldradas, dependiendo del tipo de rosquilla y el lugar donde se elabore. 

Lo cierto es que hay varias hipótesis sobre el origen de este dulce. Muchos dicen que sus inicios se encuentran en el imperio romano, y que se extendieron por todas las colonias mediterráneas hasta llegar a España, donde son tan populares. Sin embargo, otras fuentes afirman que fue la tía Javiera, una mujer de Fuenlabrada, quien inventó y popularizó estas delicias. Como decimos, dependiendo del lugar de la geografía española donde nos encontremos, podemos toparnos con los siguientes tipos de rosquillas:

Tontas: las más tradicionales y simples. No llevan ningún aderezo, solo aroma de anís.

Listas: Están cubiertas por azúcar glaseado y no llevan anís en su masa. Para su elaboración, se bañan en limón.

De Santa Clara: típicas de Castilla y León, son una variedad que se cubre con merengue blanco. Son más grandes que las anteriores y también se denominan rosquillas de baño o Roscos de Castilla. 

Francesas: su aderezo principal son las almendras picadas. 

• Pestiños

Son un dulce que se consume en Carnaval y Semana Santa. Su origen puede estar en la antigua Roma, donde se elaboraba un dulce similar llamado «frictilia».

Se elaboran con harina de trigo frita en manteca de cerdo. Después se bañan en miel. Son muy populares en Andalucía y la región sur de España, donde se dice que estos dulces comenzaron a freírse con manteca de cerdo para que fueran plenamente cristianos. Se hacía de esta manera para que ni judíos ni musulmanes se apropiaran de esta tradición gastronómica, pues su religión no les permitía tomar ningún alimento proveniente del cerdo. Recordemos que antes del siglo XVI habitaban en la península las tres culturas, judía, cristiana y musulmana. 

• Leche frita

Un dulce típico del norte. Para elaborarlo se fríe una masa preparada con harina cocida en leche con limón y canela, y se baña en azúcar. 

En cuanto a su origen, hay disparidad de opiniones e incluso disputas entre provincias. Vallisoletanos, vascos y palentinos pelean por ser la cuna de esta receta tan tradicional. 

• Alpisteras

Es el dulce que antiguamente se llevaba a las procesiones para tomar a modo de tentempié mientras se esperaba a los pasos. Su receta es típica de las regiones gaditanas de Rota, Chiclana, Sanlúcar y Jerez. 

Se elabora con harina, azúcar, huevos, aceite y el ingrediente estrella, Matalauva, una hierva que le aporta un sabor muy especial.

• Buñuelos de Cuaresma

Antiguamente se elaboraban para que la penitencia propia de estos días no fuera tan amarga. Es decir, se consumían para endulzar la penitencia. Hoy en día el significado de estos buñuelos ha cambiado. Ya no se consumen especialmente en Miércoles de Ceniza y los viernes por ser el día de abstienecia como antaño. 

El origen de los buñuelos se encuentra en los moriscos del Al- Ándalus. Las recetas árabes como esta eran muy populares. Tradicionalmente se elaboraba una masa con harina de trigo, leche, azúcar, huevo y levadura, que luego se freía en aceite. Hoy hay mil variedades, entre las que destacan los buñuelos rellenos de crema, praliné, café, trufa o limón.

• Huevos de Pascua

Se estima que a principios del siglo XIX ya se elaboraban los conocidos huevos de pascua en Italia, Francia o Alemana. Sin embargo, donde más popularidad cobran es en España en época litúrgica. Se trata de huevos de chocolate, o chocolate en forma de huevo, que en la actualidad han derivado en diversas figuras y auténticas obras de arte.

Los maestros pasteleros más arriesgados y modernos elaboran estos huevos de pascua, con formas de lo menos parecidas a un huevo. Podemos ver las caras de ídolos infantiles como Cristiano Ronaldo o Peppa Pig convertidas en chocolate. Son auténticas obras de arte que hasta da pena comerse.

¿Y las torrijas?

Seguramente te estén entrando los siete males pensando que nos hemos olvidado de la reina de los dulces de Semana Santa, la torrija. Pero no es así. Su fama casi internacional y su popularidad han hecho que decidamos dedicarle un artículo a parte. Para conocer más sobre las torrijas tendrás que esperar al próximo post.

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