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Las Bodegas Baigorri, con sede en Samaniego, son visita ineludible para los amantes del vino y la arquitectura que visiten las cercanías de la Sierra de Cantabria. Resulta sencillo discernir la silueta de cristal que tanta fama ha dado al edificio de la bodega; se trata de una preciosa caja de cristal que, refugiada tras las montañas, se integra con naturalidad en el paisaje. Dentro de la bodega, la gravedad es la gran protagonista. El edificio está pensado para que todo el circuito de la uva y el vino trascurra sin el uso de bombas mecánicas, favoreciendo así la pureza de los aromas frutales. Las barricas nuevas de roble francés, el otro factor clave en Baigorri, se ocuparán después de aportar complejidad y elegancia al conjunto. El Baigorri Reserva aúna como pocos vinos las bondades de estos dos elementos: la fruta y la madera. Después de una rigurosa y selectiva vendimia manual de las viejas cepas de tempranillo, la uva se vinifica con la máxima delicadeza intentando preservar un aroma lo más natural posible. Las maceraciones son largas y suceden en tinos de madera; la crianza, por supuesto, en roble francés nuevo. El vino es fiel reflejo del estilo Baigorri, intenso y elegante a partes iguales. De color picota y capa cubierta, con una nariz vestida de tostados intensos y fruta negra muy madura. Entrada fresca y paso marcado por una fruta que ahora parece algo más roja, gracias a una acidez precisa. Los taninos están presentes pero muy bien perfilados por una reconfortante sensación láctica. Afloran el laurel, la pimienta, las flores azules y los recuerdos a regaliz derivados de la crianza. En su lento despedir, se muestra seco y mineral, adornado de fruta jugosa y aromas de matorral. Envejecido en barricas de roble francés.