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La bodega Barbeito está situada en la pequeña isla volcánica de Madeira, a casi 1.000 km al suroeste de Lisboa y rodeada por las cálidas aguas de la Corriente del Golfo, ofreciendo un clima adecuado para la viticultura, que llegó a ser la principal fuente económica entre el siglo XV y el XVI. Es entonces cuando se descubre el particular proceso de elaboración de estos vinos gracias a los intercambios comerciales transatlánticos. Los mercaderes aprovisionarse de vino antes de marcharse hacia las Indias. Éste se fortificaba con alcohol para poder soportar las largas travesías y se almacenaba en las bodegas de los buques sometiéndolo a humedad y altas temperaturas. Estas condiciones aceleraban el proceso de envejecimiento resultante en vinos muy complejos y especiales.

En el siglo XVIII, surgieron prácticas que replicaban la tierra las condiciones en las que viajaba el vino, el estufagem y el canteiro, y que hacen del vino de Madeira un producto único. La bodega Barbeito, fundada por Mário Barbeito en 1946, es heredera de este legado histórico. Adquirió viñedos abandonados y apostó por almacenar estos vinos con el presentimiento de que su envejecimiento sólo los mejoraría. Su hija Manuela, en la década de 1970, empezó a sacar al mercado estas antiguas y prestigiosas añadas de reliquia. Ricardo Diogo Freitas, nieto del fundador y actual propietario, abandonó la venta del vino a raudales centrándose exclusivamente en su propia producción embotellada. Hoy sigue elaborando vinos que podrán ser envejecidos durante décadas, una continuación atemporal y un verdadero homenaje a la obra iniciada por su abuelo.